Cap. III : “VAMOS A NEW JERSEY”
-Aye, tenés el mapa al revés –
-Siempre yo, siempre yo… - dijo girándolo.
Ambas se quedaron mirando el mapa.
-¿Che será este? – dijo Aye.
-Aahh no sep. Habría que preguntar, ¿no? – dijo Mery codeándola.
-Dale, andá… -
-No, ¡qué yo! Me da vergüencita – se justificó Mery haciendo girar el dedo índice de su mano derecha sobre la palma izquierda.
-¡Pero vos hablás mejor! – le espetó Aye pateando el suelo.
-No me vengas con el cuento… - le respondió.
-Dale, dale… ¿Sí? – dijo Aye sacando su labio inferior y juntando sus manos en forma de plegaria.- Hacelo por Gerard… -
-Bueno, pero sólo por Gerard, porque es una Diva. – concluyó Mery caminando hacia la boletería.
-Excuse me – comenzó parándose de puntitas para llegar a verle la cara al vendedor que estaba al otro lado del mostrador. – Is this the train that goes to Jersey? – preguntó al final.
-Yes. How many tickets do you need? – preguntó sin mirarla.
-Two, please –
-That would be six dollars. – su voz salió de forma sistemática, como si hubiese estudiado muchos años para decir esa frase.
Mery le dio sus endemoniados seis dólares y tomó los boletos (alias: tickets). Le tendió uno a Aye.
-¡Wi! ¡Ahora vamos a New Jersey de adeveritas! – una vez más Aye alzó los brazos.
-Dejá de delirar…
Así esperaron a que llegara el tren. Sentadas, relajadas. Tal vez demasiado.
En una hora ya estaban subidas al tren. Ellas dos y su valija, que contaba como otra persona más. En el viaje admiraron el paisaje del lugar que, entre paréntesis, Argentina no tenía nada que envidiarle. Es más: “América” tiene mucho que envidiarle a Sud América, sobretodo porque… Pero en fin. No voy a entrar en demasiados detalles. Nuestras heroínas aquí llegaron; por fin a Jersey…
-¿Y ahora?
-Buscamos dónde toca Panic…
-¿Y entonces?
-¿”Y entonces”, qué?
-Nada… Quería ver si te acordabas nomás… -
-No pará. Mal, en serio: ¿qué hacemos? – preguntó Aye.
-Por lo pronto empecemos a caminar… - empezó Mery dando un paso hacia delante. – Después vemos qué hacemos…
Comenzaron a caminar sin rumbo por las calles de New Jersey. Y descubrieron que eran todas iguales, como para todas las personas que visitan un lugar por primera vez.
-Flashero, ¿no? – dijo Mery – Es como estar en Capital… -
-Sí, y nosotras que pensábamos que Estados Unidos era el país de las oportunidades. – completó Aye.
-Sí, venir a Jersey fue como: “Bienvenidas al mundo real, zoquetes” – dijo Mery, dibujando un cartel imaginario en el cielo.
Ambas rieron, pero el resto de la caminata la hicieron en silencio.
Claramente estaban perdidísimas, pero a ninguna parecía importarle demasiado. Sólo siguieron caminando. Y se hizo de noche…
Pero sí. Irónicamente, siguieron caminando. Parece que le dan duro a las barritas de cereal de manzana, como Homero.
-Basta, me cansé – dijo Aye al fin, sentándose en unas escaleras que tenían de camino, dejando caer su valija al suelo.
-Parece que estamos tipo en el Centro o algo así, ¿no? – dijo Mery mirando para todos lados.
-No sé, ni me importa… - contestó Aye mientras apoyaba los codos sobre sus rodillas y su cabeza sobre sus manos.
-Mirá qué lindo. Parece un teatro antiguo – dijo Mery mirando a las espaldas de Aye.
Aye, con mucho esfuerzo y dedicación volteó para ver lo que veía su amiga.
-Sí, y a mi que-
Algo la detuvo. Un sonido. Un timbre de voz específico.
-Definitivamente ese es Brendon diciendo: “¡Hola putos! ¡No los quiero ni los extrañé, pero acá estoy para brindarles lo mejor de mi!” – dijo Mery imitando la voz de Brendon Urie.
-A mí me sonó más a un: “Oh how it’s been so long, we’re so sorry we’ve been gone. We were busy writing songs for YOU!” – dijo Aye cantando.
-Naaaahhh, ¡¿en serio?! – le preguntó Mery poniendo los ojos en blanco. – Yo también escuché eso… -
-Pero… Aaahh, ya entendí… Jeje… -
-Al fin los encontramos, ¡FORROS! – le gritó Mery a la puerta.
-¡Mal! ¿Me sentí como en fucking American Valley toda la tarde para encontrarlos por casualidad? – dijo Aye apoyando una mano sobre la puerta.
-Destiny my child… - le dijo Mery poniendo una mano sobre su cabeza.
-Siempre yo, siempre yo… - dijo girándolo.
Ambas se quedaron mirando el mapa.
-¿Che será este? – dijo Aye.
-Aahh no sep. Habría que preguntar, ¿no? – dijo Mery codeándola.
-Dale, andá… -
-No, ¡qué yo! Me da vergüencita – se justificó Mery haciendo girar el dedo índice de su mano derecha sobre la palma izquierda.
-¡Pero vos hablás mejor! – le espetó Aye pateando el suelo.
-No me vengas con el cuento… - le respondió.
-Dale, dale… ¿Sí? – dijo Aye sacando su labio inferior y juntando sus manos en forma de plegaria.- Hacelo por Gerard… -
-Bueno, pero sólo por Gerard, porque es una Diva. – concluyó Mery caminando hacia la boletería.
-Excuse me – comenzó parándose de puntitas para llegar a verle la cara al vendedor que estaba al otro lado del mostrador. – Is this the train that goes to Jersey? – preguntó al final.
-Yes. How many tickets do you need? – preguntó sin mirarla.
-Two, please –
-That would be six dollars. – su voz salió de forma sistemática, como si hubiese estudiado muchos años para decir esa frase.
Mery le dio sus endemoniados seis dólares y tomó los boletos (alias: tickets). Le tendió uno a Aye.
-¡Wi! ¡Ahora vamos a New Jersey de adeveritas! – una vez más Aye alzó los brazos.
-Dejá de delirar…
Así esperaron a que llegara el tren. Sentadas, relajadas. Tal vez demasiado.
En una hora ya estaban subidas al tren. Ellas dos y su valija, que contaba como otra persona más. En el viaje admiraron el paisaje del lugar que, entre paréntesis, Argentina no tenía nada que envidiarle. Es más: “América” tiene mucho que envidiarle a Sud América, sobretodo porque… Pero en fin. No voy a entrar en demasiados detalles. Nuestras heroínas aquí llegaron; por fin a Jersey…
-¿Y ahora?
-Buscamos dónde toca Panic…
-¿Y entonces?
-¿”Y entonces”, qué?
-Nada… Quería ver si te acordabas nomás… -
-No pará. Mal, en serio: ¿qué hacemos? – preguntó Aye.
-Por lo pronto empecemos a caminar… - empezó Mery dando un paso hacia delante. – Después vemos qué hacemos…
Comenzaron a caminar sin rumbo por las calles de New Jersey. Y descubrieron que eran todas iguales, como para todas las personas que visitan un lugar por primera vez.
-Flashero, ¿no? – dijo Mery – Es como estar en Capital… -
-Sí, y nosotras que pensábamos que Estados Unidos era el país de las oportunidades. – completó Aye.
-Sí, venir a Jersey fue como: “Bienvenidas al mundo real, zoquetes” – dijo Mery, dibujando un cartel imaginario en el cielo.
Ambas rieron, pero el resto de la caminata la hicieron en silencio.
Claramente estaban perdidísimas, pero a ninguna parecía importarle demasiado. Sólo siguieron caminando. Y se hizo de noche…
Pero sí. Irónicamente, siguieron caminando. Parece que le dan duro a las barritas de cereal de manzana, como Homero.
-Basta, me cansé – dijo Aye al fin, sentándose en unas escaleras que tenían de camino, dejando caer su valija al suelo.
-Parece que estamos tipo en el Centro o algo así, ¿no? – dijo Mery mirando para todos lados.
-No sé, ni me importa… - contestó Aye mientras apoyaba los codos sobre sus rodillas y su cabeza sobre sus manos.
-Mirá qué lindo. Parece un teatro antiguo – dijo Mery mirando a las espaldas de Aye.
Aye, con mucho esfuerzo y dedicación volteó para ver lo que veía su amiga.
-Sí, y a mi que-
Algo la detuvo. Un sonido. Un timbre de voz específico.
-Definitivamente ese es Brendon diciendo: “¡Hola putos! ¡No los quiero ni los extrañé, pero acá estoy para brindarles lo mejor de mi!” – dijo Mery imitando la voz de Brendon Urie.
-A mí me sonó más a un: “Oh how it’s been so long, we’re so sorry we’ve been gone. We were busy writing songs for YOU!” – dijo Aye cantando.
-Naaaahhh, ¡¿en serio?! – le preguntó Mery poniendo los ojos en blanco. – Yo también escuché eso… -
-Pero… Aaahh, ya entendí… Jeje… -
-Al fin los encontramos, ¡FORROS! – le gritó Mery a la puerta.
-¡Mal! ¿Me sentí como en fucking American Valley toda la tarde para encontrarlos por casualidad? – dijo Aye apoyando una mano sobre la puerta.
-Destiny my child… - le dijo Mery poniendo una mano sobre su cabeza.
*Not knowing you'd change for just one bite...*
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