Cap. VI : “RESTAURANTE (PARTE I)”
Alice nos dejó solas dentro de la habitación.
-Voy a buscar la plata ahora así mañana le pagamos. – Dijo Mery alcanzando la valija.
Aye prendió la tele y se tiró a una cama.
-Qué genial que las habitaciones tengan tele con control remoto – comentó.
-Síp – dijo Mery agachada frente a la valija. Pero al abrirla se quedó perpleja – Che… ¿Desde cuándo tenemos tanta plata? ¿A quién le robamos y no me enteré? – preguntó.
-Ah, no. Es que papá me dio un poco más antes de irnos… - dijo Aye en una evasiva.
-Como dos mil dólares más te dio… - dijo Mery con un hilo de aire.
-Sí, no sé… Ni que lo hubiese contado… -
-Bueno… - dijo Mery separando la plata necesaria para pagar su estadía – Ahí está…. – suspiró - ¿En dónde vamos a guardar el resto? – preguntó mirando a Aye mientras ponía sus brazos en jarra.
-¿Caja fuerte en el armario? ¿O flasheo? –
-A ver… -
Mery se levantó de su posición en el suelo y fue hasta el armario. Abrió una de sus puertas: vacío. Abrió la del otro lado: ¡Eureka! (¿eso salió de mi?).
-Found it! – Dijo Mery.
-¿Sabés qué? – preguntó Aye sin dejar de mirar la tele.
-¿Qué?
-Ya no suena tan raro cuando de repente tirás una frase en inglés…
-Es verdad… Y eso que estamos hace… ¿Un día?
-Pero pasaron muchas cosas – sacó su mirada del televisor y la concentró en su amiga, que estaba guardando el dinero en la caja de seguridad que había hallado dentro del armario.
-¿Qué vamos a hacer mañana? – preguntó Mery.
-Primero: le vamos a Alice si tenemos alguna comida acá. Si no: hay que ir a comprar provisiones – dijo Aye sin dudar.
-Siempre pensando primero en la comida, vos eh! – dijo Mery sentándose en la cama y picándola en un costado.
-¡Encima que pienso en nuestra salud! – dijo Aye devolviéndole el pique, lo que hizo que Mery se retorciera riendo.
-¡No me piqués! – Le advirtió – Está bien, tenés razón… -
-¿Vamos a dormir? -
-Sí, hace sueño… -
Se levantaron temprano al otro día. Algunos rayos de sol entraban por la ventana y le daban a Mery justo en la cara. Se levantó luego de dar un par de vueltas en la cama, y se cambió de ropa.
-¿Cuántas veces te tengo que repetir que me levantes cuando te levantes? – preguntó Aye con voz ronca.
-Es que me da cosita… – le respondió Mery tomando el dinero que había apartado para pagar la estadía.
-¿Está lindo, no? –
-Sí. Desgraciadamente hay sol – dijo mirando por la ventana.
-¿Qué raro, no? – preguntó Aye.
-¿No? – dijo Mery frunciendo el ceño. – Por lo general si en el hemisferio sur es invierno, en el hemisferio norte es verano… - explicó.
-¡¡Bueno che!! ¡No puedo estar en todo! – dijo Aye estirándose – Además es muy temprano – se justificó.
Mery rió.
-Dale, cambiate de una vez así vemos lo de la comida –
-¡Cierto! – exclamó saltando de la cama y buscando ropa para cambiarse.
-Hey guys! – les gritó Alice a penas llegaron al recibidor. – You’ve missed breakfast… - comentó saliendo de detrás de su escritorio.
-Really? – Dijo Aye.
-We have breakfast? – Preguntó Mery.
-Yep. Didn’t I tell you? – preguntó Alice extrañada. Ellas negaron con la cabeza – Sorry – agregó haciendo una mueca – We’ll serve you breakfast and dinner. You only have to get launch. But good news! You can order something and eat it here – dijo sonriendo.
-Okay – dijo Mery. – So, here’s the rent – dijo Mery tendiéndole un montoncito de dinero a Alice.
-Thank you very much – le respondió mientras caminaba hacia su escritorio contando el dinero.
-¿Y ahora qué hacemos? – preguntó Aye.
-¿No íbamos a ir a comprar provisiones? –
-Sí, pero… ¿trajiste más plata? – al ver la expresión de Mery, Aye agregó – cuando pensás te quiero tanto… -
Así que fueron a comprar comida. Y si las hubiesen visto por la calle sin conocerlas dirían que compraron comida para diez personas más. Quizá suene exagerado, pero créanme cuando les digo: comen como cerdas.
Luego de comprar sus provisiones decidieron ir a almorzar a un restaurante.
Caminando sin mucho rumbo, llegaron a uno que parecía iban a servir comida rica.
-¿Qué fijación tenés con que los restaurantes lindos por fuera sirven comida rica? –
-Dejame soñar… -
Entraron. Caminaron a través de una fila de mesas buscando una libre.
-¿Qué onda con ese rejunte de pendejas? – preguntó Mery señalando una mesa rodeada por 6 niñas pre-púber, y no tanto.
-Ni idea – respondió Aye mientras se acercaban más y más – pero, ¿no me jodés siempre con que no señale? – Mery la miró entrecerrando los ojos.
-Ah, no, no, ¡no! – Dijo Mery – mirá quiénes están sentados… -
Al hacerse un pequeño espacio para que ambas vieran, lo vieron (irónicamente). Sentados en una mesa de seis estaban: Rick, Jon, Spencer, Brendon, Ryan, y Zack.
-Voy a buscar la plata ahora así mañana le pagamos. – Dijo Mery alcanzando la valija.
Aye prendió la tele y se tiró a una cama.
-Qué genial que las habitaciones tengan tele con control remoto – comentó.
-Síp – dijo Mery agachada frente a la valija. Pero al abrirla se quedó perpleja – Che… ¿Desde cuándo tenemos tanta plata? ¿A quién le robamos y no me enteré? – preguntó.
-Ah, no. Es que papá me dio un poco más antes de irnos… - dijo Aye en una evasiva.
-Como dos mil dólares más te dio… - dijo Mery con un hilo de aire.
-Sí, no sé… Ni que lo hubiese contado… -
-Bueno… - dijo Mery separando la plata necesaria para pagar su estadía – Ahí está…. – suspiró - ¿En dónde vamos a guardar el resto? – preguntó mirando a Aye mientras ponía sus brazos en jarra.
-¿Caja fuerte en el armario? ¿O flasheo? –
-A ver… -
Mery se levantó de su posición en el suelo y fue hasta el armario. Abrió una de sus puertas: vacío. Abrió la del otro lado: ¡Eureka! (¿eso salió de mi?).
-Found it! – Dijo Mery.
-¿Sabés qué? – preguntó Aye sin dejar de mirar la tele.
-¿Qué?
-Ya no suena tan raro cuando de repente tirás una frase en inglés…
-Es verdad… Y eso que estamos hace… ¿Un día?
-Pero pasaron muchas cosas – sacó su mirada del televisor y la concentró en su amiga, que estaba guardando el dinero en la caja de seguridad que había hallado dentro del armario.
-¿Qué vamos a hacer mañana? – preguntó Mery.
-Primero: le vamos a Alice si tenemos alguna comida acá. Si no: hay que ir a comprar provisiones – dijo Aye sin dudar.
-Siempre pensando primero en la comida, vos eh! – dijo Mery sentándose en la cama y picándola en un costado.
-¡Encima que pienso en nuestra salud! – dijo Aye devolviéndole el pique, lo que hizo que Mery se retorciera riendo.
-¡No me piqués! – Le advirtió – Está bien, tenés razón… -
-¿Vamos a dormir? -
-Sí, hace sueño… -
Se levantaron temprano al otro día. Algunos rayos de sol entraban por la ventana y le daban a Mery justo en la cara. Se levantó luego de dar un par de vueltas en la cama, y se cambió de ropa.
-¿Cuántas veces te tengo que repetir que me levantes cuando te levantes? – preguntó Aye con voz ronca.
-Es que me da cosita… – le respondió Mery tomando el dinero que había apartado para pagar la estadía.
-¿Está lindo, no? –
-Sí. Desgraciadamente hay sol – dijo mirando por la ventana.
-¿Qué raro, no? – preguntó Aye.
-¿No? – dijo Mery frunciendo el ceño. – Por lo general si en el hemisferio sur es invierno, en el hemisferio norte es verano… - explicó.
-¡¡Bueno che!! ¡No puedo estar en todo! – dijo Aye estirándose – Además es muy temprano – se justificó.
Mery rió.
-Dale, cambiate de una vez así vemos lo de la comida –
-¡Cierto! – exclamó saltando de la cama y buscando ropa para cambiarse.
-Hey guys! – les gritó Alice a penas llegaron al recibidor. – You’ve missed breakfast… - comentó saliendo de detrás de su escritorio.
-Really? – Dijo Aye.
-We have breakfast? – Preguntó Mery.
-Yep. Didn’t I tell you? – preguntó Alice extrañada. Ellas negaron con la cabeza – Sorry – agregó haciendo una mueca – We’ll serve you breakfast and dinner. You only have to get launch. But good news! You can order something and eat it here – dijo sonriendo.
-Okay – dijo Mery. – So, here’s the rent – dijo Mery tendiéndole un montoncito de dinero a Alice.
-Thank you very much – le respondió mientras caminaba hacia su escritorio contando el dinero.
-¿Y ahora qué hacemos? – preguntó Aye.
-¿No íbamos a ir a comprar provisiones? –
-Sí, pero… ¿trajiste más plata? – al ver la expresión de Mery, Aye agregó – cuando pensás te quiero tanto… -
Así que fueron a comprar comida. Y si las hubiesen visto por la calle sin conocerlas dirían que compraron comida para diez personas más. Quizá suene exagerado, pero créanme cuando les digo: comen como cerdas.
Luego de comprar sus provisiones decidieron ir a almorzar a un restaurante.
Caminando sin mucho rumbo, llegaron a uno que parecía iban a servir comida rica.
-¿Qué fijación tenés con que los restaurantes lindos por fuera sirven comida rica? –
-Dejame soñar… -
Entraron. Caminaron a través de una fila de mesas buscando una libre.
-¿Qué onda con ese rejunte de pendejas? – preguntó Mery señalando una mesa rodeada por 6 niñas pre-púber, y no tanto.
-Ni idea – respondió Aye mientras se acercaban más y más – pero, ¿no me jodés siempre con que no señale? – Mery la miró entrecerrando los ojos.
-Ah, no, no, ¡no! – Dijo Mery – mirá quiénes están sentados… -
Al hacerse un pequeño espacio para que ambas vieran, lo vieron (irónicamente). Sentados en una mesa de seis estaban: Rick, Jon, Spencer, Brendon, Ryan, y Zack.
*Not knowing you'd change for just one bite...*
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