CAPITULO 8: “PLEASE LEAVE ALL OVERCOATS, CANES AND TOP HATS WITH THE DOORMAN”
-Olvidé mencionar que tocaste de maravilla – le dije a Brent palmeándole un hombro una vez que estuvimos en la casa de Ryan.
-Gracias – respondió él sonriendo.
Había perdido a Emily desde que pisamos la casa de Ryan. No la encontraba por ningún lado, y me conocía esa casa de memoria.
Antes de ir para la casa de Ryan, Brent tuvo la brillante idea de ir a comprar algo de alcohol.
-¡Qué sea una verdadera fiesta! – exclamó.
-Brent, vas a estar tan castigado cuando llegues a tu casa – le dije yo.
-Ya me iban a castigar por irme. Por lo menos me aseguraré de pasarla de maravilla… - se justificó.
-Yo creo que Brent tiene razón – dijo Spencer.
-Tú lo dices porque eres menor y aún no tienes licencia para comprar tu propia cerveza – le susurró Ryan, que venía abrazando a Jac.
-¿En serio eres menor Spencer? – preguntó Jac.
-No por mucho tiempo, cumplo ahora en Septiembre – dijo Spencer algo frustrado. Odiaba que le recordaran que era pequeño.
-¿Brendon trajiste tu identificación? – me preguntó Ryan.
-¿Para qué? – pregunté yo.
-Para comprar helado, Brendon… ¡Para el alcohol! – bromeó Ryan sonriendo ante mi ignorancia.
-No, no la traje. Aún no me acostumbro a llevarla a todos lados – contesté.
-No hay problema Ryan, tú y yo compraremos todo – dijo Shane en mi salvación.
-Yo también puedo comprar – dijo Jac con una sonrisa en el rostro.
Compramos unas cuantas cervezas. Brent quiso convencer a Ryan de comprar Vodka, pero fue inútil.
-Espero que todos sepan controlarse tomando cerveza –dijo Ryan saliendo del mercado.
Cuando llegamos a la casa de Ryan fue cuando perdí a Emily. Es que con Shane nos pusimos a ayudar a Ryan a preparar algunas cosas y a ella se la llevó Jac.
Al cabo de un rato de estar ahí comenzó a llegar más gente. La mayoría eran amigos de Ryan del barrio, pero también estaban algunos de mis compañeros de secundaria; amigos de Brent. En verdad me llevaba bastante bien con algunos, pero no tenía ganas de verlos y contarles qué había sido de mi vida. La mayoría iban a alardear sobre sus becas y sus aceptaciones a las universidades más prestigiosas del país. Algunos hasta me dirían que cuando comenzara el año escolar tendrían que viajar a New York, o Washington D.C. No tenía nada contra ellos, es sólo que no quería hablar de esas cosas con ellos. Sobre todo sabiendo que yo no estudiaría nada. Era mi elección, por supuesto, y estaba muy feliz con ella, pero… No lo sé.
-¡Brendon! – gritó alguien a mis espaldas. Yo volteé para ver de quién se trataba.
-Ah, hola Denis… - contesté fingiendo felicidad. Creo que no me salió muy bien de todos modos.
-Creí que no estarías vivo desde esa vez que te tackleé jugando football… - me recordó.
-Denis, eres un primor, pero tengo que irme… - dije mientras me daba media vuelta.
-¿A qué universidad irás? – preguntó poniéndome una pesada mano sobre el hombro, haciéndome enfrentarlo de nuevo.
-A ninguna – contesté, y me quedé mirándolo.
-Yo iré a Yale, tengo beca completa. Qué lástima que no te aceptaran en ningún lado, Urie… - dijo con media sonrisa en el rostro. Iba a contestarle que no iría a la universidad por mi propia elección, pero era más fácil darle la razón que intentar explicarle algo. Creo que mi pez dorado era más inteligente que él.
-Una verdadera lástima, sí – contesté. Como no le di más pelea, se marchó – No puedo creer que Brent sea amigo de gente como él – susurré.
La música estaba muy alta, y no podía ni oír mis pensamientos. La casa de Ryan estaba llena de universitarios hablando, gritando, y bailando. Caminé por entre la gente buscando a Emily, o al menos a Shane. Como no la vi por el living, fui a la cocina. En el camino me encontré a Shane, bastante pasado de copas. Era muy gracioso ver a Shane casi ebrio, porque se reía de cualquier cosa y te pedía por favor que no lo dejes tomar más. Bueno, esa parte no era muy graciosa, pero al menos aún estando no del todo sobrio tenía autocontrol.
-Oh, no, no, no. No, señorita, tú no vas a tomar nada que contenga alcohol – le dije a Emily mientras le arrebataba una botella de cerveza de la mano.
-¿Por qué? – preguntó ella queriéndome sacar la botella.
-Porque si yo no puedo tomar – expliqué mientras ponía la botella lejos de su alcance – tú tampoco -
-¿Y por qué tú no puedes tomar? – preguntó dejando de intentar sacarme la botella.
-Porque Shane ya está tomando por los dos – le dije sonriendo.
-¿Y? – preguntó volviendo a intentar sacarme la botella. Estaba dando saltitos a mí alrededor, pero como era más bien bajita, si yo estiraba bien el brazo no me llegaba ni al codo.
-Y alguien tiene que llevarte a tu casa, y tiene que estar sobrio. Si tu madre sabe que estuvimos tomando contigo a cuestas, nos mata a todos – ella se rió con ganas y dejó de saltarme alrededor.
-Tienes razón – dijo al fin.
-Ven, vamos a ver a Shane – le dije tomándola de la mano y llevándola hacia donde estaba Shane.
-¡Hey! ¡Mis mejores amigos en el mundo! – gritó Shane al vernos. Estaba sentado en el sillón de tres cuerpos del living de Ryan.
-Hola Shane – dijo Emily sentándose a su lado.
-Ven, Brendon, ven – me llamó Shane con una mano – siéntate al lado de Emily y tomémonos una foto los tres juntos –
-¿Quién va a tomarla? – preguntó Emily.
-Yo – respondió Shane sacándole la cámara de la mano a Emily – ¡Sonrían! – gritó luego.
-¡Mis ojos! – exclamé yo – Creo que a partir de ahora podrán llamarme Stevie – agregué.
-¿Por qué? – me preguntó Emily.
-Porque creo que acabo de quedarme ciego – contesté.
-¡Vamos a bailar! – gritó Shane y se llevó a Emily.
-¡Sostenme la cámara Brendon! – me gritó ella sonriendo y lanzándome la cámara a las manos.
La agarré por pura suerte; pero la atrapé. Me puse a ver las fotos que ella había sacado durante nuestra presentación. Extrañamente había muchas fotos mías, sobre todo tocando el piano. Había buenas fotos de Brent haciendo caras para la cámara; y algunas fotos de Ryan cantando; era muy gracioso, yo jamás había notado que se ponía bizco cuando cantaba. Spencer tenía bastantes fotos también, pero siempre salía uno de nosotros delante, o de costado.
-¿Qué hay Brendon? – preguntó Brent sentándose a mi lado.
-Fotos – contesté mostrándole la cámara.
-A veces eres tan inteligente – contestó Brent mientras Ryan se sentaba al lado de él.
-¡No puedo más! Creí que moriría bailando… - dijo Ryan soltando un suspiro.
-¡Ryro! – gritó Jac acercándose – Esto recién comienza, vuelve… - dijo tomándolo de un brazo.
-Dame un respiro Jac… No soy eterno – le respondió él.
-Vamos… - le insistió ella.
-No, ven. Siéntate un rato – le dijo Ryan atrayéndola hacia él y sentándola sobre su regazo.
-Pero vamos Ryan quiero bailar mientras sea joven – le dijo Jac sonriendo amablemente.
-¿Qué hará que te quedes aquí sentada? – le preguntó él.
-Sólo una cosa – respondió ella.
-¿En serio? – preguntó Ryan resignado. Jac sonrió más amplio.
Ryan dio un gran suspiro y la besó.
Y esa seguía siendo la situación cuando Shane y Emily llegaron.
-¡Ryan! ¡No pierdes un segundo, hombre! – dijo Shane. Emily se quedó mirándolos, simplemente.
-Creo que es tarde, te llevaré a tu casa – dije tomando a Emily de un brazo y llevándomela – Alguien avísele a Ryan… Cuando esté disponible, que me llevé una de sus llaves… - dije antes de irme.
Fuimos todo el camino en silencio, Emily hasta se veía algo triste. Cuando llegamos a su casa le di la cámara, que la había llevado yo todo el tiempo.
-Sacaste muy buenas fotos – le dije para intentar animarla.
-¿Crees que soy bonita? – me preguntó. Me tomó por sorpresa, no sabía qué responder. Es decir, sí sabía qué responder; sólo que no sabía si era ese el momento.
-Creo… Creo que eres hermosa – le dije al fin, luego de un rato.
-Lo dices sólo porque eres mi amigo… - respondió ella sin dejar de mirar la cámara.
-¿Ah, soy tu amigo? – pregunté realmente sorprendido.
-¡Claro, bobo! – me dijo ella sonriendo.
-Lo siento. No lo sabía, ésas son el tipo de cosas que la gente me tiene que decir. No tienes ni idea lo que tuvo que hacer Shane para hacerme ver la luz – le dije.
-¿Qué tuvo que hacer? – preguntó ella sonriendo, divertida.
-Tuvo que acercarme una lámpara a la cara – contesté. Emily se rió con ganas.
-¿Qué crees que piensen el resto de los chicos de mí? – preguntó.
-Yo te quiero. Shane te adora como si fueses sangre de su sangre. Spencer, bueno eres como una hermanita más. A Brent le gustan las rubias, así que no – este comentario hizo que ella soltara una risa – Y Ryan… ¿Por qué preguntas? – pregunté al fin, sin saber qué contestar.
-Para saber… - contestó ella, pero la sonrisa se había borrado de su rostro -¿Puedo tomarte una foto? – agregó.
-Claro, de todos modos no creo que quede mucho de mi alma por sacar – contesté. Ella se rió y sacó la foto mientras su madre abría la puerta.
-Siento la tardanza, es que estaba dormida – se excusó la madre.
-No hay problema – dije sonriendo.
-¿Estuvieron tocando hasta esta hora? – inquirió la madre.
-No exactamente – contesté dudando si decirle la verdad o no – nos juntamos en la casa de uno de los chicos de la banda para celebrar que todo salió bien – dije al fin. Mi conciencia estaba limpia, no le había mentido.
-Brendon no me dejó tomar alcohol, ma – dijo Emily mientras entraba a la casa. La expresión de su madre no fue de felicidad exactamente – Y tampoco tomó él, sólo porque debía traerme – dijo luego y me dedicó una sonrisa desde detrás de su madre.
-Ya veo – dijo su madre. Ya no se veía tan disgustada como antes.
-Ehh, tengo que ir por Shane, yo… Buenas noches – dije al fin.
-Buenas noches. Ten cuidado – me dijo la madre de Emily. Emily me saludó con la mano antes que su madre terminara de cerrar la puerta.
-Al menos tengo el respeto de su madre – me dije sonriendo mientras me dirigía de vuelta a la casa de Ryan, por Shane.
-Gracias – respondió él sonriendo.
Había perdido a Emily desde que pisamos la casa de Ryan. No la encontraba por ningún lado, y me conocía esa casa de memoria.
Antes de ir para la casa de Ryan, Brent tuvo la brillante idea de ir a comprar algo de alcohol.
-¡Qué sea una verdadera fiesta! – exclamó.
-Brent, vas a estar tan castigado cuando llegues a tu casa – le dije yo.
-Ya me iban a castigar por irme. Por lo menos me aseguraré de pasarla de maravilla… - se justificó.
-Yo creo que Brent tiene razón – dijo Spencer.
-Tú lo dices porque eres menor y aún no tienes licencia para comprar tu propia cerveza – le susurró Ryan, que venía abrazando a Jac.
-¿En serio eres menor Spencer? – preguntó Jac.
-No por mucho tiempo, cumplo ahora en Septiembre – dijo Spencer algo frustrado. Odiaba que le recordaran que era pequeño.
-¿Brendon trajiste tu identificación? – me preguntó Ryan.
-¿Para qué? – pregunté yo.
-Para comprar helado, Brendon… ¡Para el alcohol! – bromeó Ryan sonriendo ante mi ignorancia.
-No, no la traje. Aún no me acostumbro a llevarla a todos lados – contesté.
-No hay problema Ryan, tú y yo compraremos todo – dijo Shane en mi salvación.
-Yo también puedo comprar – dijo Jac con una sonrisa en el rostro.
Compramos unas cuantas cervezas. Brent quiso convencer a Ryan de comprar Vodka, pero fue inútil.
-Espero que todos sepan controlarse tomando cerveza –dijo Ryan saliendo del mercado.
Cuando llegamos a la casa de Ryan fue cuando perdí a Emily. Es que con Shane nos pusimos a ayudar a Ryan a preparar algunas cosas y a ella se la llevó Jac.
Al cabo de un rato de estar ahí comenzó a llegar más gente. La mayoría eran amigos de Ryan del barrio, pero también estaban algunos de mis compañeros de secundaria; amigos de Brent. En verdad me llevaba bastante bien con algunos, pero no tenía ganas de verlos y contarles qué había sido de mi vida. La mayoría iban a alardear sobre sus becas y sus aceptaciones a las universidades más prestigiosas del país. Algunos hasta me dirían que cuando comenzara el año escolar tendrían que viajar a New York, o Washington D.C. No tenía nada contra ellos, es sólo que no quería hablar de esas cosas con ellos. Sobre todo sabiendo que yo no estudiaría nada. Era mi elección, por supuesto, y estaba muy feliz con ella, pero… No lo sé.
-¡Brendon! – gritó alguien a mis espaldas. Yo volteé para ver de quién se trataba.
-Ah, hola Denis… - contesté fingiendo felicidad. Creo que no me salió muy bien de todos modos.
-Creí que no estarías vivo desde esa vez que te tackleé jugando football… - me recordó.
-Denis, eres un primor, pero tengo que irme… - dije mientras me daba media vuelta.
-¿A qué universidad irás? – preguntó poniéndome una pesada mano sobre el hombro, haciéndome enfrentarlo de nuevo.
-A ninguna – contesté, y me quedé mirándolo.
-Yo iré a Yale, tengo beca completa. Qué lástima que no te aceptaran en ningún lado, Urie… - dijo con media sonrisa en el rostro. Iba a contestarle que no iría a la universidad por mi propia elección, pero era más fácil darle la razón que intentar explicarle algo. Creo que mi pez dorado era más inteligente que él.
-Una verdadera lástima, sí – contesté. Como no le di más pelea, se marchó – No puedo creer que Brent sea amigo de gente como él – susurré.
La música estaba muy alta, y no podía ni oír mis pensamientos. La casa de Ryan estaba llena de universitarios hablando, gritando, y bailando. Caminé por entre la gente buscando a Emily, o al menos a Shane. Como no la vi por el living, fui a la cocina. En el camino me encontré a Shane, bastante pasado de copas. Era muy gracioso ver a Shane casi ebrio, porque se reía de cualquier cosa y te pedía por favor que no lo dejes tomar más. Bueno, esa parte no era muy graciosa, pero al menos aún estando no del todo sobrio tenía autocontrol.
-Oh, no, no, no. No, señorita, tú no vas a tomar nada que contenga alcohol – le dije a Emily mientras le arrebataba una botella de cerveza de la mano.
-¿Por qué? – preguntó ella queriéndome sacar la botella.
-Porque si yo no puedo tomar – expliqué mientras ponía la botella lejos de su alcance – tú tampoco -
-¿Y por qué tú no puedes tomar? – preguntó dejando de intentar sacarme la botella.
-Porque Shane ya está tomando por los dos – le dije sonriendo.
-¿Y? – preguntó volviendo a intentar sacarme la botella. Estaba dando saltitos a mí alrededor, pero como era más bien bajita, si yo estiraba bien el brazo no me llegaba ni al codo.
-Y alguien tiene que llevarte a tu casa, y tiene que estar sobrio. Si tu madre sabe que estuvimos tomando contigo a cuestas, nos mata a todos – ella se rió con ganas y dejó de saltarme alrededor.
-Tienes razón – dijo al fin.
-Ven, vamos a ver a Shane – le dije tomándola de la mano y llevándola hacia donde estaba Shane.
-¡Hey! ¡Mis mejores amigos en el mundo! – gritó Shane al vernos. Estaba sentado en el sillón de tres cuerpos del living de Ryan.
-Hola Shane – dijo Emily sentándose a su lado.
-Ven, Brendon, ven – me llamó Shane con una mano – siéntate al lado de Emily y tomémonos una foto los tres juntos –
-¿Quién va a tomarla? – preguntó Emily.
-Yo – respondió Shane sacándole la cámara de la mano a Emily – ¡Sonrían! – gritó luego.
-¡Mis ojos! – exclamé yo – Creo que a partir de ahora podrán llamarme Stevie – agregué.
-¿Por qué? – me preguntó Emily.
-Porque creo que acabo de quedarme ciego – contesté.
-¡Vamos a bailar! – gritó Shane y se llevó a Emily.
-¡Sostenme la cámara Brendon! – me gritó ella sonriendo y lanzándome la cámara a las manos.
La agarré por pura suerte; pero la atrapé. Me puse a ver las fotos que ella había sacado durante nuestra presentación. Extrañamente había muchas fotos mías, sobre todo tocando el piano. Había buenas fotos de Brent haciendo caras para la cámara; y algunas fotos de Ryan cantando; era muy gracioso, yo jamás había notado que se ponía bizco cuando cantaba. Spencer tenía bastantes fotos también, pero siempre salía uno de nosotros delante, o de costado.
-¿Qué hay Brendon? – preguntó Brent sentándose a mi lado.
-Fotos – contesté mostrándole la cámara.
-A veces eres tan inteligente – contestó Brent mientras Ryan se sentaba al lado de él.
-¡No puedo más! Creí que moriría bailando… - dijo Ryan soltando un suspiro.
-¡Ryro! – gritó Jac acercándose – Esto recién comienza, vuelve… - dijo tomándolo de un brazo.
-Dame un respiro Jac… No soy eterno – le respondió él.
-Vamos… - le insistió ella.
-No, ven. Siéntate un rato – le dijo Ryan atrayéndola hacia él y sentándola sobre su regazo.
-Pero vamos Ryan quiero bailar mientras sea joven – le dijo Jac sonriendo amablemente.
-¿Qué hará que te quedes aquí sentada? – le preguntó él.
-Sólo una cosa – respondió ella.
-¿En serio? – preguntó Ryan resignado. Jac sonrió más amplio.
Ryan dio un gran suspiro y la besó.
Y esa seguía siendo la situación cuando Shane y Emily llegaron.
-¡Ryan! ¡No pierdes un segundo, hombre! – dijo Shane. Emily se quedó mirándolos, simplemente.
-Creo que es tarde, te llevaré a tu casa – dije tomando a Emily de un brazo y llevándomela – Alguien avísele a Ryan… Cuando esté disponible, que me llevé una de sus llaves… - dije antes de irme.
Fuimos todo el camino en silencio, Emily hasta se veía algo triste. Cuando llegamos a su casa le di la cámara, que la había llevado yo todo el tiempo.
-Sacaste muy buenas fotos – le dije para intentar animarla.
-¿Crees que soy bonita? – me preguntó. Me tomó por sorpresa, no sabía qué responder. Es decir, sí sabía qué responder; sólo que no sabía si era ese el momento.
-Creo… Creo que eres hermosa – le dije al fin, luego de un rato.
-Lo dices sólo porque eres mi amigo… - respondió ella sin dejar de mirar la cámara.
-¿Ah, soy tu amigo? – pregunté realmente sorprendido.
-¡Claro, bobo! – me dijo ella sonriendo.
-Lo siento. No lo sabía, ésas son el tipo de cosas que la gente me tiene que decir. No tienes ni idea lo que tuvo que hacer Shane para hacerme ver la luz – le dije.
-¿Qué tuvo que hacer? – preguntó ella sonriendo, divertida.
-Tuvo que acercarme una lámpara a la cara – contesté. Emily se rió con ganas.
-¿Qué crees que piensen el resto de los chicos de mí? – preguntó.
-Yo te quiero. Shane te adora como si fueses sangre de su sangre. Spencer, bueno eres como una hermanita más. A Brent le gustan las rubias, así que no – este comentario hizo que ella soltara una risa – Y Ryan… ¿Por qué preguntas? – pregunté al fin, sin saber qué contestar.
-Para saber… - contestó ella, pero la sonrisa se había borrado de su rostro -¿Puedo tomarte una foto? – agregó.
-Claro, de todos modos no creo que quede mucho de mi alma por sacar – contesté. Ella se rió y sacó la foto mientras su madre abría la puerta.
-Siento la tardanza, es que estaba dormida – se excusó la madre.
-No hay problema – dije sonriendo.
-¿Estuvieron tocando hasta esta hora? – inquirió la madre.
-No exactamente – contesté dudando si decirle la verdad o no – nos juntamos en la casa de uno de los chicos de la banda para celebrar que todo salió bien – dije al fin. Mi conciencia estaba limpia, no le había mentido.
-Brendon no me dejó tomar alcohol, ma – dijo Emily mientras entraba a la casa. La expresión de su madre no fue de felicidad exactamente – Y tampoco tomó él, sólo porque debía traerme – dijo luego y me dedicó una sonrisa desde detrás de su madre.
-Ya veo – dijo su madre. Ya no se veía tan disgustada como antes.
-Ehh, tengo que ir por Shane, yo… Buenas noches – dije al fin.
-Buenas noches. Ten cuidado – me dijo la madre de Emily. Emily me saludó con la mano antes que su madre terminara de cerrar la puerta.
-Al menos tengo el respeto de su madre – me dije sonriendo mientras me dirigía de vuelta a la casa de Ryan, por Shane.
Comments
Post a Comment