Brendon...?


¿Que por qué una foto de Brendon? Ahora les explico. Bueno, no. En realidad no. Porque sólo la posteamos porque Brenny-bear tiene un arma. De balines. Pero un arma al fin. Además, balines, Brendon. Todo tiene sentido de pronto. En fin. Nada. Estamos escuchando Yellow Card. Y es muy deprimente, está re buena la canción, pero deprimente al fin. No puedo evitar pensar en Ryan-Keltie cada vez que escucho una canción. Soy terriblemente pelotuda, lo sé. No hace falta que lo digan... Ahora vamos a poner algo que acabamos de escribir; porque estamos aburridas... (?) ¡Ahí les va!

*What da?*

¿Que por qué una foto de Brendon? Ahora les explico. No, en realidad no sé por qué posteamos a Brenny-bear. Quizá porque tenía una arma en la mano. De balines, pero un arma al fin. Además: balines, Brendon, es casi lo mismo...
En fin. Como estamos muy al pedo, y Aye tuvo una maravillosa idea, me puso a escribir (sí dije: "me puso a escribir"), y esto fue lo que salió.

¡Ahí les va!



The Cleaners


Ya habíamos entrado, pero nadie parecía notar que estábamos ahí. Vestidas de negro en una ciudad blanca. Tan pura como el infierno. Íbamos vestidas con el color prohibido. Qué ignorantes. Mi amiga y yo sólo caminábamos en ese momento; pero no era nuestro propósito. Estábamos ahí para algo más. Teníamos un destino, un encargo. Él nos había prometido sus tierras y su trono a cambio de una obra de arte. A cambio de limpiar la cuidad de sus pecados. O bañarla con ellos. Ay, “pecados”, qué cosa más difícil de explicar. Ellos creían que lo hacían estaba bien. Pero nosotras llevábamos la verdad. Siempre la tuvimos, siempre la tendremos. Pasamos por delante del edificio con la cruz. Ambas sentimos cómo nuestras pieles comenzaban a quejarse, pero ingresamos de todos modos.
Fue su culpa, él se interpuso en nuestro camino. Además ella notó el pecado en él. Nunca fue fiel. Maldita sea la mente del Humano. Son tan débiles. Cualquier restricción los hace flanquear y perder el juicio. Fue rápido, también. Sólo se cruzó por nuestro camino y terminó con The Sin Killer (“La Matadora De Pecados”) atravesada en el vientre. Sonreí ante tremenda imagen. Sobre todo porque el rostro de ella terminó salpicado con el cálido líquido que salía a borbotones de él.
Lo arrastré hasta el lugar sola. Solamente porque ella dijo que la asqueaba. No quería llevarle la contra. Después de todo estábamos juntas en esto.
Nunca hablábamos en hora de trabajo, y esta no fue una excepción.
Esta vez fue una mujer quién se cruzó; no llegué a analizarla, acabó con ella antes. Y encima usó mi Soul Assassin (Asesina De Almas). Simplemente me la arrebató de las manos, es una celosa…
Eso me llevó a sacarle el arco y una de las flechas que nos había dado. Había sido muy malvado de su parte tallar una cruz en la parte en que se debe agarrar. La maldita cosa quemaba, pero logré “purificar” algunos a lo lejos.
Ella me asesinó con la mirada; que pequeña metáfora. Como si fuera posible.
Ambas teníamos un poco de nuestra propia sangre recorriendo la parte visible de nuestra piel, pero lo ignoramos. El trabajo siempre fue más importante. Era nuestro lema.
Luego de limpiar el lugar de los debidos humanos, comencé a acomodar los cuerpos, como es debido. Y sola. Porque ella no iba a ayudarme.
Pero entonces lo vio. Estaba ahí sentado en una esquina, rodeándose las piernas con los brazos. Algunas lágrimas caían de sus ojos. Tal vez extrañaba sentir esa sensación. Me acerqué a hacer mi trabajo, pero ella me detuvo. Me miró censurándome con sus ojos. Yo sabía que estaba mal, después de todo aún tenía tiempo para redimir sus pecados; pero qué más daba. Ya estábamos ahí. Me acerqué ignorando que ella me lo había prohibido. Sin embargo, realizó una reacción que no esperaba. Me tomo por el brazo y me lanzó hasta el otro lado de la habitación. No fue muy divertido, ya que di contra esa figura que idolatran. Y… Quemó, y mucho.
Desde mi posición vi como tomaba al niño en brazos y se lo llevaba hasta afuera. La miré sonriendo con media sonrisa; sabía que ella nunca había cedido toda su esencia. Pero esto ya era demasiado. De todos modos no hice nada por detenerla. Como dije antes: estábamos juntas en esto, y nada iba a cambiarlo. Nosotras teníamos la verdad. Y si la verdad de ella era no acabar con esa vida, no aún: la respetaría.
Cuando volvió, me ayudó a acomodar los restos. Sí, era su forma de disculparse por haberse comportado de esa manera.
Al terminar la figura él vino por nosotras. Nos miró con fuego saliendo por sus ojos. Nunca creyó que lo lograríamos; pero lo hicimos. Antes de descender para comenzar a darle órdenes (sólo por puro placer), nos dedicamos unos segundos a contemplar nuestra obra de arte. De in intenso rojo, del color de la sangre Humana. Un color tan puro y homogéneo en medio de tanto blanco. Esta marca que quedaría por siempre en medio del edificio con la cruz. Del edificio que con tanta pasión entraban para ser “purificados”. O al menos eso era lo que ellos creían. Nos quedamos admirando nuestra Rosa De La Verdad, como la había llamado yo. A ella no le hacía muy feliz el nombre, prefería “Rosa Humana”; pero qué más da, siempre le llevé la contra…


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*Not knowing you've changed for just one bite...*

Comments

  1. Piedad, angelitos!- apenas murmuró el viejo. Ya había pasado su hora y la madrugada se le volvío amiga. La oscuridad parecía ser ideal para aquellos ojos lastimados de pasado.
    Vio morir a unos cuantos, supo de otros tantos y solo se preguntó cuándo sería el momento de la verdad.
    El viejo, recorrió algunos rincones de la extraña zona infinta y dió con algo que parecía entuciasmarlo. Miró al cielo, se veía negro -como debía ser en esa madrugada lluviosa- y le pidió "al de arriba" que ellas regresen vestidas de negro para realizar más de sus hazañas. Sabía que el pedido era indirecto, ya que ellas estaban "abajo" pero el viejo también sabía que ellas jamás hacen caso y decidió darles una excusa para que vuelvan a subir a este aburrido mundo terrenal.

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