CAPITULO 20: “MAKE US IT, MAKE US HIP, MAKE US SCENE”

Ryan recordaba la mala crítica como si fuese la única. Quiero decir, había sido la primera, pero definitivamente no la única; y Pete se las había arreglado para tenerlas bien escondidas.
Enero había llegado, y con él un tiempo frío y malvado. Sin embargo, los cuatro estábamos felices que la gira hubiese terminado; al menos por ahora.
Era muy temprano en la mañana, y hacía sólo dos semanas que habíamos vuelto a nuestros hogares, cuando recibí la llamada de Ryan.
-¿Hola? – contesté el teléfono.
-Pete quiere que nos juntemos con él esta tarde… – me dijo la voz al otro lado del teléfono.
-¿Ryan? ¿Por qué llamas tan temprano? – cuestioné, ignorando completamente lo que me había acabado de decir.
-Pete me levantó primero, así que llamé a todos… Escúchame un momento Brendon – pidió.
-Claro, claro – le dije sentándome.
-Pete nos quería ver cuanto antes, pero logré negociar que sea por la tarde –
-¡Ese es nuestro líder! – exclamé, sonriendo medio dormido.
-Gracias – contestó él – También me dejó elegir el donde, por lo que decidí que lo más cómodo para todos era Smoothie House, ¿qué te parece? –
-Me parece perfecto… ¿Crees que debamos juntarnos nosotros antes, para así llegar todos juntos? – pregunté dubitativo.
-Spence me dijo lo mismo, me parece que sería lo correcto. Brendon… - pero no dijo nada más.
-Dime – le dije enseguida.
-¿Podrías comunicarte con Brent? No quiere atender el teléfono… Llamé a la línea central de su casa, pero la madre me dijo que estaba durmiendo y que no quería despertarlo…– dijo al fin.
-Claro que sí Ryan… ¿Nos juntamos en tu casa? – pregunté, y me reí.
-¿De qué te ríes? – me preguntó él riéndose a su vez.
-Es que siento que desde que esta conversación empezó no he hecho más que preguntar… - contesté.
-Sí, nos juntaremos en mi casa para luego ir los cuatro juntos a Smoothie House –
-Nos vemos entonces, Ryan –
-Recuerda llamar a Brent – me recordó.
-Claro, adiós –
-Adiós – se despidió.
En cuanto corté con Ryan marqué el número de Brent.
-¿Hola? – atendió, totalmente dormido, aún no me explico como es que lo hizo.
-Brent, ¿qué es eso de no atender a Ryan? – cuestioné burlándolo.
-Ya sabes cómo es él, era seguro que me regañaría por estar durmiendo aún; dado que él se levanta cuando sale el sol para darle de comer a las gallinas… – dijo Brent con su tono humorístico renovado.
-No se te ocurra molestar a Ryan con eso en su cara – le dije luego de reírme.
-Quiero ser gracioso, no suicida, amigo – me contestó él.
En pocas palabras le conté lo de la reunión de hoy. Él también estuvo de acuerdo en juntarnos todos en la casa de Ryan antes de ir a Smoothie House. Aunque tampoco tenía opción: éramos tres contra uno.
El mediodía y gran parte de la mañana y la tarde, se me fueron haciendo nada. Estaba sentado viendo televisión cuando me di cuenta que era hora de ir a lo de Ryan.
-¡Ya era hora! – fue lo primero que nos dijo Pete cuando cruzamos la puerta de Smoothie House – Llevo media hora esperándolos… -
-Pero si son las cuatro en punto… Dijiste que nos reuniéramos a esta hora… - se defendió Ryan verificando su reloj.
-Ya lo sé, pero vine media hora antes para ver si ustedes llegaban más temprano de lo debido… - Pete era demasiado malvado para estar en este mundo.
-Y… ¿De qué querías hablarnos? – preguntó Spencer, que fue el último en sentarse.
-¿Tienen alguna canción que sea especialmente especial para ustedes? – preguntó.
-¿Especialmente especial? – se preguntó Brent por lo bajo riéndose.
-No, yo creo que… No lo sé – comenzó Ryan.
-¡Perfecto! Porque a mí me gustó una de todos modos… - dijo Pete reclinándose sobre el respaldo de su silla.
-¿De qué estás hablando, Pete? – le preguntó Ryan.
-Ryan, ¿de verdad vas a mantener tu pelo con ese largo? – preguntó poniendo casi cara de asco – Pareces niña, sin ofender… -
-No voy a cortarme el cabello. – contestó Ryan muy serio – Y ahora que me lo dices tú, menos –
-Diablos… - exclamó Pete por lo bajo – No puedo creer que tenga que lidiar con estos niños… ¿Brent? – preguntó luego.
-¿Qué hay con mi pelo? – preguntó Brent sin sacarle los ojos de encima a su gameboy.
-¿Puedes dejarte crecer la barba, o qué? – preguntó Pete mirado a Brent, que no lo miraba y tampoco le contestó.
-Mi madre quiere que me corte el pelo – dijo Spencer con miedo.
-Entonces no lo hagas – le dijo Pete.
Se quedó mirándonos por un rato sin decir nada. Sólo se escuchaba el sonido que hacían las teclas del gameboy de Brent cuando las apretaba frenéticamente.
-¿Yo no tengo que hacer nada con mi apariencia? – pregunté quebrando el silencio.
-No, lo tuyo es irreparable – dijo Pete.
-Muchísimas gracias, Pete – le contesté.
-Hey, ¿para qué están los amigos? – Pete además de malvado era muy raro…
-Llevas una hora criticándonos, ¿es para eso que nos convocaste? – le preguntó Ryan algo enfadado.
-No, ya les dije para qué los llamé – contestó Pete confundido.
-¡Claro que no! – le dijo Ryan elevando el tono.
-Ryan… Tranquilízate – le dijo Spencer en un susurro.
-Quiero que graben un video, ¿De verdad no se los dije? – preguntó.
-¿Un video? – preguntó Brent; por primera vez sacando la vista del juego.
-¿Cómo? – preguntó Spencer.
-Con el dinero que ganaron con las ventas del álbum y la gira. Contratan un director, quizá le proponen ideas… Ya saben, un video – contestó Pete.
-¿Y qué canción grabaremos? – pregunté a la banda.
-“I write sins not tragedies” – contestó Pete. Los cuatro nos quedamos mirándolo.
-¿Por qué esa? – preguntó Brent.
-Porque yo les pregunté si tenían alguna en especial y me respondieron que no, así que decidí que esta será su canción “importante” – dijo Pete, enfatizando la palabra “importante” y agregándole comillas.
-Pero… - comenzó a quejarse Ryan.
-Sin “peros”, muchachito – le dijo Pete con tono autoritario – Tomen, llamen a este número y pidan por él – agregó tendiéndonos un trozo de papel escrito con su letra.
-¿Shane Drake? – preguntó Brent.
-¿Tienes algún problema con él? – preguntó Pete.
-No, sólo me sonó gracioso su nombre – contestó Brent encogiéndose de hombros.
-Pues tu nombre también le sonará gracioso a él, descuida – dijo Pete comenzando a levantarse – Debo irme, nos vemos un día de estos. Hablen con él – agregó señalando el papelito en la mano de Ryan.
Nosotros cuatro nos miramos sorprendidos mientras Pete se alejaba cruzando la puerta de Smoothie House.

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