CAPITULO 21: “I WRITE SINS, NOT TRAGEDIES”

-¡Buen día! Mi nombre es Shane Drake. Seré el director del video – un hombre alto nos saludó a los cuatro estrechándonos fuertemente las manos.
Era un hombre bien distinguido, con el pelo algo largo y barba. Estaba vestido de una manera un tanto extraña. O al menos eso hubiese pensado de no saber que Ryan terminaría vistiéndose así algún día. Y ese día no estaba muy lejos.
Me pareció algo exagerada su actitud, aunque me sentí cómodo mientras nos contaba de qué iba el video.
A sus espaldas había varias personas trabajando en el set. Estaban corriendo de aquí para allá, buscando cosas, trayendo cosas; todos parecían estar muy apurados.
-¿Dónde guardo esto Shane? – preguntó una mujer bajita acercándose con algo colgado en una percha. No podía decir qué era porque (lo que sea que estaba en esa percha) estaba cubierto con una bolsa.
-Dáselo al señor Urie – dijo Shane – después de todo es su traje, que haga algo –
“Hace dos meses parecía de catorce, ¿y ahora soy un señor?”, pensé. Tomé lo que la chica me dio con manos temblorosas. A decir verdad, temía que fuera un vestido. Había una atmósfera muy extraña en ese lugar.
-Así que su parte es fácil. Sólo tienen que tocar – dijo Shane luego de terminar de contar cómo iba a ser el video.
-¿Por qué Brendon va a ser el director del circo? – preguntó Brent.
-Porque así fue asignado – contestó Shane como si fuese algo obvio.
-¿Asignado por quién? – preguntó Ryan, aunque no parezca, amablemente.
-Por Pete, Pete Wentz. Él me pidió específicamente que fuera el señor Urie – dijo Shane.
“Definitivamente es un vestido”, me dije a mí mismo.
-Shane, puedes llamarnos por nuestros nombres de pila – le dije luego a Shane, sonriendo.
-De acuerdo – contestó él.
-Shane… ¿Los otros tres niños irán vestidos de época? – preguntó una mujer rubia.
-Llévatelos a donde quieras, ya les expliqué lo que harían… - dijo Shane – Recuerda, tocarán: un redoblante, una mandolina, y un acordeón. No lo olvides – puntualizó Shane.
-¿Alguna vez he olvidado algo, cariño? –
-Jamás – dijo Shane alejándose.
-Síganme niños – dijo la mujer comenzando a caminar.
-¿Niños? – preguntamos los cuatro al mismo tiempo, pero en voz muy baja, casi inaudible.
Nos llevó hasta una habitación llena de ropa.
-Tú tienes tu traje en tus manos, ve a ponértelo – me ordenó – ustedes vengan conmigo, elegiremos su ropa –
Me fui hasta el fondo, donde encontré un pequeño cuarto. Me metí para cambiarme. Desenfundé lo que había dentro de la percha, y suspiré aliviado al ver que no era un vestido. Es más, era un traje. O al menos la mayoría era traje, porque el saco era algo extraño. Rojo, pero con el cuello y los botones negros; de manga larga, y de corte pingüino. El traje constaba en un pantalón de vestir negro, camisa blanca, y chaleco también negro. Imitaba bastante el traje que llevaba puesto Harold Zidler en la edición del 2001 de Moulin Rouge. Me miré en un espejo que había colgado en la pared.
-Me veo totalmente ridículo con esto… - me dije.
-¿Brendon estás listo? – preguntó la voz de la mujer al otro lado de la puerta.
-Sí… - contesté en voz baja y abrí la puerta.
-Te ves tierno con esa ropa – me dijo, haciendo que me sonrojara.
-¿Tierno? Vamos, Brendon no se ve tierno ni en pijamas – dijo Brent asomándose por el marco de la puerta. Llevaba una galera corta y de color marrón en la cabeza.
-Tu hermana no piensa lo mismo – contesté alzando una ceja.
-Voy a golpearte por eso, Urie – amenazó Brent señalándome con el dedo índice.
-Vamos, no se peleen ahora. Sal de ahí para que pueda terminar contigo – agregó ella.
Salí del lugar y me encontré al resto de la banda ya vestidos. Los tres estaban totalmente vestidos de marrón, beige, o lo que sea que haya sido. La única excepción era Ryan, que tenía un pantalón negro. Todos de traje, pero más bien un traje algo barato, cuadrillé y desgastado. Pero también cada uno tenía como su marca registrada. En Ryan reconocí los guantes de color negro, con los dedos cortados, y su inseparable boina beige. Brent tenía puestos unos guantes blancos, también con los dedos cotados, además de la galera. Y, por supuesto, Spencer no tenía nada agregado. Muy “spencer” de su parte.
-Toma, ponte esto – dijo la mujer tendiéndome un par de guantes blancos.
Mientras me calzaba los guantes ella me puso una galera alta en la cabeza, me trajo un par de zapatos, y me ató un moño alrededor del cuello.
-Esto también es tuyo, quiero que los cuatro vayan a maquillaje – ordenó mientras me tendía una varilla que parecía una varita de mago, excepto que era el doble de larga.
-¿Qué se supone que haga con esto? – pregunté mirando extrañado la vara que me había dado.
-¡Vayan a maquillaje, y no se distraigan o atrasarán todo! – ordenó su voz, porque ella ya había desaparecido.
Cuando salimos del lugar nos encontramos con un hombre.
-Ven – me dijo a mí solo.
-¿Sólo yo? – pregunté.
-Sí, ustedes tres busquen a alguien de utilería para que les den sus instrumentos, y luego busquen a Shane, ¿entendido? –
-Sí, señor – dijeron ellos tres y… Me abandonaron.

***

-¡Wow! ¿Qué vas a hacer con eso? – le pregunté a la chica que se acercaba a mí con un brillo labial.
-Si vas a llevar el traje tienes que llevar el maquillaje, pequeño – me dijo.
-Pero… - traté quejarme.
-Quédate quieto, ¿de acuerdo? – sé que me lo preguntó, pero estoy absolutamente seguro que era una orden. Desgraciadamente para mí, la obedecí.
Luego de un rato de revolotear a mí alrededor, y ponerme diferentes productos en la cara dijo:
-Ya estás listo. Ahora ve a buscar a Shane para que te vea. Se va a encantar contigo –
Me levanté y me fui hacia el set. El sol había salido, pero de todos modos comenzaríamos a grabar adentro. Al menos hasta que anochezca.
Ingresé al lugar que pretendía ser la iglesia (que se veía más bien como una casa de campo), y lo primero que escuché fueron unas risas que conocía demasiado bien.
-¿Qué te han hecho en el rostro? – preguntó Brent entre risas.
-Me maquillaron, ¿a tí? Te ves terrible, amigo – le pregunté muy serio.
-Mejor deja de acumular palizas, Urie. Aún te debo una por lo que dijiste de mi hermana – volvió a amenazar Brent. Lo conocía demasiado como para decir que jamás me “haría pagar” mis bromas.
-Más allá del maquillaje, con esa ropa te pareces al personaje ese de Moulin Rouge, al presentador… - dijo Ryan.
-¡Al fin llegas Brendon! – escuché que decía la voz de Shane Drake a mis espaldas.
Y con esa frase llegó el Infierno frente a la cámara. No hacía más que seguir órdenes. Y a decir verdad, no me disgustaba. Me divertía mucho haciendo las escenas. Sobre todo porque los actores que hacían de “El Novio” y “La Novia” eran muy simpáticos, y fueron muy amables conmigo. Además los integrantes del Lucent Dossier Vaudeville Cirque, me seguían los chistes, eso hacía que Shane se frustrara un poco. Pero cuando una escena salía bien, siempre nos felicitaba.
Nos llevó dos días grabar el video, cuando terminamos la última toma de la última escena que grabamos, Shane nos felicitó a todos.
-¡Estuvieron más que excelentes! Son asombrosos, no miento – dijo muy orgulloso.
Se escuchó un “gracias” general, un par de carcajadas de parte de los cirqueros.
Nos despedimos todos de todos. Habían sido sólo dos días, pero la habíamos pasado muy bien, y definitivamente extrañaría estar con tanta gente a la vez. Estábamos volviendo a casa y recordaba cómo Shane me guiaba mientras grababa. Cómo hacía detrás de cámara lo mismo que yo estaba haciendo delante, para que no me perdiera. Un gran hombre Shane Drake.
Sonreía recordando los momentos graciosos de filmación cuando otra sonrisa se apareció en mi mente. La sonrisa de Emily.

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