CAPITULO 26: “THE EVENING IN THE BACKDOOR FILLED THE ROOM CEILING TO THE FLOOR”
-Me enteré de las malas noticias – fue lo primero que dijo Ryan al entrar.
-¿Qué? – pregunté mientras abría un poco más la puerta para que pasase el resto.
-Viejo, debes estar muy dolido –
-Chicos, dejen de molestarlo – Spencer salió en mi salvación.
Sabía a qué se referían, pero prefería pretender que no.
Habían pasado sólo dos días desde la llegada de Emily a nuestro humilde hogar, y ya teníamos a toda la banda molestando en casa. Por si les carcome la curiosidad, Emily no había tenido tiempo de traer al jardinero por estos lugares. Sobre todo porque no teníamos jardín. Pero Emily explicó algo como: “está con mucho trabajo ahora y no puede venir a conocerlos. Aunque espera hacerlo pronto.” Lo positivo de esto era que yo sabía, no muy en el fondo, que el sentimiento no era mutuo. Shane actuaba como si El Jardinero Sin Nombre fuera lo mejor que le pasó en la vida, a Emily, claro. Y aún no comprendo por qué.
-¿Por qué la alientas diciéndole que parece un gran chico? ¿Para qué banda tocas, Shane? – pregunté el mismo día de la llegada de Emily, por la tarde.
Estábamos los tres tomando café en el living. Shane y yo nos habíamos quedado solos porque Emily había ido a buscar más café para Shane.
-Toco en tu banda, Brendon. Pero debes entender que ella necesita que nosotros estemos de su lado… - explicó Shane. Aunque no me aclaró nada.
-¿Quién está en su contra? – alcancé a preguntar antes que Emily volviera.
-Entonces, como les decía. Estaba muy aburrida en una de esas fiestas entre fraternidades, y él se me acercó. Nos quedamos hablando toda la noche… Fue algo tierno – comentó sonriendo. Poniendo esa cara que solía poner cuando miraba a Ryan. La cara que pondría cualquier niño al ingresar a Honeyduckes®.
-Aún no nos has dicho su nombre… - comentó Shane dándole un sorbo a su café.
-Su nombre es Toby – contestó, y no pude evitar sonreírme.
En realidad lo que hice fue ahogar una risotada.
-¿De qué te ríes, Brendon? – preguntó Emily mirándome con una ceja alzada.
-Nada, es sólo que… Es un nombre algo tonto…- dije atajándome a las consecuencias, quiero decir, a los golpes.
-Mira quién habla, Boyd –
-Toby realmente es nombre de idiota, estuviste muy suave con “tonto” – dijo Ryan en cuanto les conté.
-¿Por qué suena tan a tonto? – pregunté Spencer rascándose la barba. Sí, Spencer se había dejado crecer la barba. También Jon.
-Te suena más tonto que cualquier otro nombre sobre la tierra por la existencia de Toby Mcguire… - contestó Jon.
-¿Y ese? – preguntó Spencer.
-¡Spencer! – le gritamos los tres.
-¿Qué? – preguntó él asustado.
-Es Spiderman – contestamos los tres juntos, de nuevo.
-Ja, ahora todo me cierra – comentó Spencer.
-Tengo noticias para ti, Brendon – me dijo Emily correteando en mi dirección.
Detrás de ella pude ver que Shane modulaba un “lo siento” con el arrepentimiento brillando en sus ojos. Fruncí el ceño ante su expresión, pero Emily no lo notó, al parecer.
-Tal vez Toby pueda venir hoy – si hubiese sido cualquier persona menos ella la que hubiese estado delante de mí, la habría golpeado sin pensarlo dos veces.
-¡Qué felicidad! – mentí.
De todos modos, cuando Emily pensaba en “Su Jardinero”, no se enteraba de nada de lo que pasara a su alrededor.
Ella se fue hacia la cocina porque estaba preparando el almuerzo para todos. No había dejado hacer nada a Shane, ya que ella estaba viviendo “gratis” en nuestra casa. Digo a Shane porque yo no hago mucho. Es una reacción en cadena: Shane no me deja hacer a mí, Emily no lo deja hacer a Shane…
-Fue mi idea, no lo pensé… Brendon… ¿Vas a golpearme? – preguntó Shane cerrando con fuerza sus ojos.
Suspiré profundamente y le dije:
-No te preocupes, Shane. Ella está con él de todos modos. Verlo o no verlo no cambia mi situación de desventaja… -
-Ella sabe, ¿verdad? – me preguntó Spencer.
-¿Qué cosa? – pregunté yo. No voy a mentirles: ahora sí estaba perdido.
-Que tú… Que te gusta desde… ¿Siempre? – repreguntó Spencer.
-No – contestó Shane antes de dejarme inventar una muy buena excusa. O mentira.
-¿Cómo que no? – exclamó Ryan, tal vez más alto de lo que a nosotros nos hubiese gustado.
-¡Shush! – le gritamos todos. Incluso Jon, que no sabía la mitad de la historia.
-Pero si tu me dijiste que el día que se despidieron le habías dicho – dijo Ryan totalmente decepcionado de mí.
-Supongo que mentí – no tenía ganas de luchar contra Ryan. De todos modos tenía razón.
-¿Por qué? – cuestionó Jon.
-¡Shane! ¿Te das cuenta el lío que acabas de armarme por decir sólo “no”? – lo incriminé.
-No me eches la culpa de tus actos, Urie – Shane se levantó y se dirigió a la cocina, donde Emily estaba tarareando una canción nuestra mientras servía la comida.
-Shane, no te enojes conmigo… - traté, pero ya se había ido – Mentí para que no me molesten, ¿de acuerdo? – agregué acercándome a la mesa, donde Shane y Emily estaban llevando los platos con comida.
Al rato se nos unieron los otros tres.
El almuerzo fue normal, tirando a muy silencioso. Al menos para lo que solíamos ser nosotros cuatro. Shane y Emily se hacían rancho aparte para hablar de fotografía, mientras Spencer, Jon y yo hablamos de cualquier cosa. Ryan estaba en medio de los dos mundos; diciendo algo por aquí y luego algo por allá. Siempre me había sorprendido su capacidad para estar “presente” en dos conversaciones diferentes.
Para cuando la tensión se calmó y volvimos a la normalidad, eran cerca de las seis de la tarde. La luz naranja del sol se filtraba por nuestros ventanales del living (de verdad Shane tenía ojo para estas cosas). Nos llegaba un calor acogedor, y estábamos hablando de nada y riéndonos de cualquier cosa. Y entonces… Sonó el timbre.
Emily soltó un gritito de alegría y salió corriendo hacia la puerta. Lo que significaba que lo más seguro fuera El Jardinero. Hay gente que puede oler el chocolate a varias cuadras. Tal vez ella podía oler a su Jardinero desde el living si él estaba en la puerta.
-Chicos, él es Toby. Toby: Spencer, Ryan, Jon. – dijo señalando a cada uno mientras decía sus nombres - Shane y Brendon, los dueños de casa – agregó señalándonos a nosotros dos.
Todos lo saludamos con la mano, y Ryan dijo: “buenas tardes”. Siempre tan sofisticado.
Toby era… tan… plástico. Para ser un paisajista se preocupaba demasiado por su imagen. Y se los está diciendo alguien que trabaja en el rubro de la música (la imagen lo es todo). Tenía clavada una sonrisa en la cara, que en el fondo decía: “no quiero estar aquí”. Y esa postura: Emily estaba agarrada de su brazo mientras él guardaba sus manos en los bolsillos del pantalón. Totalmente grosero.
Emily lo llevó con ella y se sentaron juntos en un sillón de un cuerpo.
-Entonces ¿Panic At The Disco, eh? – comentó… Toby.
Todos asentimos sin saber qué decir.
-Oí que son famosos, ¿es cierto? ¿O es que a Emily le gusta exagerar? – preguntó con su sonrisa falsa.
Emily lo golpeó suavemente, con media sonrisa en el rostro. Pero nosotros cinco (contando a Shane) nos miramos con la misma pregunta grabada en el rostro: “¿cuál-es-su-problema?”.
-Aún estamos creciendo – dijo Ryan. El único que pudo decir algo amable respecto de su comentario.
-Musicalmente, quieres decir – dijo Toby apartando el brazo que Emily acaba de pasarle sobre los hombros, y echándose hacia delante.
-Como personas también, no somos tan grandes – Ryan estaba comenzando a perder el hilo de su paciencia. Quiero decir: acababa de llamarnos “viejos”.
-Oh… Creí que algunos de ustedes ya llegaban a los treinta – dijo frunciendo el ceño.
-Entonces tú deberías estar por el medio siglo – comentó Jon por lo bajo, haciéndome reír.
Emily me miró con ojos asesinos y las mandíbulas apretadas.
-Claro, por nuestra carrera cualquiera pensaría que andamos por esas edades – comencé con mi sonrisa de triunfo dibujada – Pero es que empezamos de muy jóvenes. Spencer aún no había cumplido dieciséis cuando escribieron la primera canción –
La cara de Toby lo dijo todo. Estaba enojado por la mera realidad.
-¿Y todos terminaron sus estudios? – preguntó tratando de parecer amable.
-Sí, claro – contestó Spencer.
Y así siguieron sus preguntas estúpidas sobre la banda. Emily parecía alabarle todo, pero yo sé que si no hubiese sido su novio quien las formulaba, estaría peleándose con esa persona. Preguntas totalmente estúpidas y que habíamos respondido millones de veces como: “¿Por qué el nombre?”, “¿Las historias de las canciones son reales?”.
“¿A quién le importa?”, me pregunté una y otra vez. Y al parecer Ryan se preguntaba lo mismo.
-Será mejor que nos busques en Wikipedia – le dijo Ryan una vez que el sol había caído – Porque nos tenemos que ir… Además, allí vas a encontrar información más interesante. No necesariamente cierta, pero interesante al fin… -
-Será mejor que yo me vaya también – contestó Toby ignorando el sarcasmo de Ryan.
-¿Ya te vas? – preguntó Emily entristecida.
-Sí, paso por el baño y me voy, tengo trabajo mañana - agregó levantándose del sillón.
-Para allá – le señaló Emily por dónde estaba el baño.
Ryan tuvo la decencia de esperar a que desapareciera por la esquina para estallar.
-¡¿Con qué clase de imbécil te has metido?! – le preguntó a Emily, estirándose (todo lo largo que era) desde su lugar, sentado en el sillón entre Spencer y Jon.
-¿Qué quieres decir? – preguntó Emily mirando hacia el lugar por dónde había desaparecido El Jardinero.
-¿Dónde estabas durante el cuestionario? – se sorprendió Ryan.
-Hey… - dijo Spencer calmando un poco a su amigo – Ryan tiene un punto: ¿te hizo todas esas preguntas a ti también? –
-¿Qué hay si le gusta saber sobre las personas con las que habla? – lo defendió Emily.
-Claro, es genial: “¡Hola! ¿Cómo estás? ¿Puedo tomar una muestra de tu sangre?” – dijo Ryan poniendo caras, haciendo muecas – Es de lo más romántico… -
-Al menos no sale con la primera que se le cruza – espetó Emily.
Todos nos quedamos en silencio, esperando la reacción de Ryan.
-No vine aquí a ser insultado – dijo levantándose.
Shane le fue atrás para abrirle la puerta. Spencer y Jon se despidieron de nosotros y se fueron también.
-Es una mala chica… – me dijo Jon en voz baja, bromeando.
Luego se fue El Jardinero, y nos quedamos de nuevo nosotros tres solos.
-Fuiste algo dura con Ryan – dijo Shane durante la cena.
Era el primero en hablar desde la partida de Toby.
-¿No escuchaste lo que él dijo? Y ninguno de ustedes dos dijo nada a mi favor – se quejó.
Shane y yo miramos automáticamente nuestros platos.
-¿Acaso concuerdan con Ryan? – preguntó dejando el tenedor lleno de comida que acababa de levantar, sobre el plato.
Miré a Shane en busca de ayuda.
-No exactamente en las palabras de Ryan, pero… - Shane todavía estaba hilando la idea en su mente cuando Emily se levantó bruscamente.
-No necesitaba esto de ustedes – dijo sin mirarnos, y se marchó.
Nos miramos con Shane y ambos suspiramos rendidos.
-Genial – dijimos a la vez.
-¿Qué? – pregunté mientras abría un poco más la puerta para que pasase el resto.
-Viejo, debes estar muy dolido –
-Chicos, dejen de molestarlo – Spencer salió en mi salvación.
Sabía a qué se referían, pero prefería pretender que no.
Habían pasado sólo dos días desde la llegada de Emily a nuestro humilde hogar, y ya teníamos a toda la banda molestando en casa. Por si les carcome la curiosidad, Emily no había tenido tiempo de traer al jardinero por estos lugares. Sobre todo porque no teníamos jardín. Pero Emily explicó algo como: “está con mucho trabajo ahora y no puede venir a conocerlos. Aunque espera hacerlo pronto.” Lo positivo de esto era que yo sabía, no muy en el fondo, que el sentimiento no era mutuo. Shane actuaba como si El Jardinero Sin Nombre fuera lo mejor que le pasó en la vida, a Emily, claro. Y aún no comprendo por qué.
-¿Por qué la alientas diciéndole que parece un gran chico? ¿Para qué banda tocas, Shane? – pregunté el mismo día de la llegada de Emily, por la tarde.
Estábamos los tres tomando café en el living. Shane y yo nos habíamos quedado solos porque Emily había ido a buscar más café para Shane.
-Toco en tu banda, Brendon. Pero debes entender que ella necesita que nosotros estemos de su lado… - explicó Shane. Aunque no me aclaró nada.
-¿Quién está en su contra? – alcancé a preguntar antes que Emily volviera.
-Entonces, como les decía. Estaba muy aburrida en una de esas fiestas entre fraternidades, y él se me acercó. Nos quedamos hablando toda la noche… Fue algo tierno – comentó sonriendo. Poniendo esa cara que solía poner cuando miraba a Ryan. La cara que pondría cualquier niño al ingresar a Honeyduckes®.
-Aún no nos has dicho su nombre… - comentó Shane dándole un sorbo a su café.
-Su nombre es Toby – contestó, y no pude evitar sonreírme.
En realidad lo que hice fue ahogar una risotada.
-¿De qué te ríes, Brendon? – preguntó Emily mirándome con una ceja alzada.
-Nada, es sólo que… Es un nombre algo tonto…- dije atajándome a las consecuencias, quiero decir, a los golpes.
-Mira quién habla, Boyd –
-Toby realmente es nombre de idiota, estuviste muy suave con “tonto” – dijo Ryan en cuanto les conté.
-¿Por qué suena tan a tonto? – pregunté Spencer rascándose la barba. Sí, Spencer se había dejado crecer la barba. También Jon.
-Te suena más tonto que cualquier otro nombre sobre la tierra por la existencia de Toby Mcguire… - contestó Jon.
-¿Y ese? – preguntó Spencer.
-¡Spencer! – le gritamos los tres.
-¿Qué? – preguntó él asustado.
-Es Spiderman – contestamos los tres juntos, de nuevo.
-Ja, ahora todo me cierra – comentó Spencer.
-Tengo noticias para ti, Brendon – me dijo Emily correteando en mi dirección.
Detrás de ella pude ver que Shane modulaba un “lo siento” con el arrepentimiento brillando en sus ojos. Fruncí el ceño ante su expresión, pero Emily no lo notó, al parecer.
-Tal vez Toby pueda venir hoy – si hubiese sido cualquier persona menos ella la que hubiese estado delante de mí, la habría golpeado sin pensarlo dos veces.
-¡Qué felicidad! – mentí.
De todos modos, cuando Emily pensaba en “Su Jardinero”, no se enteraba de nada de lo que pasara a su alrededor.
Ella se fue hacia la cocina porque estaba preparando el almuerzo para todos. No había dejado hacer nada a Shane, ya que ella estaba viviendo “gratis” en nuestra casa. Digo a Shane porque yo no hago mucho. Es una reacción en cadena: Shane no me deja hacer a mí, Emily no lo deja hacer a Shane…
-Fue mi idea, no lo pensé… Brendon… ¿Vas a golpearme? – preguntó Shane cerrando con fuerza sus ojos.
Suspiré profundamente y le dije:
-No te preocupes, Shane. Ella está con él de todos modos. Verlo o no verlo no cambia mi situación de desventaja… -
-Ella sabe, ¿verdad? – me preguntó Spencer.
-¿Qué cosa? – pregunté yo. No voy a mentirles: ahora sí estaba perdido.
-Que tú… Que te gusta desde… ¿Siempre? – repreguntó Spencer.
-No – contestó Shane antes de dejarme inventar una muy buena excusa. O mentira.
-¿Cómo que no? – exclamó Ryan, tal vez más alto de lo que a nosotros nos hubiese gustado.
-¡Shush! – le gritamos todos. Incluso Jon, que no sabía la mitad de la historia.
-Pero si tu me dijiste que el día que se despidieron le habías dicho – dijo Ryan totalmente decepcionado de mí.
-Supongo que mentí – no tenía ganas de luchar contra Ryan. De todos modos tenía razón.
-¿Por qué? – cuestionó Jon.
-¡Shane! ¿Te das cuenta el lío que acabas de armarme por decir sólo “no”? – lo incriminé.
-No me eches la culpa de tus actos, Urie – Shane se levantó y se dirigió a la cocina, donde Emily estaba tarareando una canción nuestra mientras servía la comida.
-Shane, no te enojes conmigo… - traté, pero ya se había ido – Mentí para que no me molesten, ¿de acuerdo? – agregué acercándome a la mesa, donde Shane y Emily estaban llevando los platos con comida.
Al rato se nos unieron los otros tres.
El almuerzo fue normal, tirando a muy silencioso. Al menos para lo que solíamos ser nosotros cuatro. Shane y Emily se hacían rancho aparte para hablar de fotografía, mientras Spencer, Jon y yo hablamos de cualquier cosa. Ryan estaba en medio de los dos mundos; diciendo algo por aquí y luego algo por allá. Siempre me había sorprendido su capacidad para estar “presente” en dos conversaciones diferentes.
Para cuando la tensión se calmó y volvimos a la normalidad, eran cerca de las seis de la tarde. La luz naranja del sol se filtraba por nuestros ventanales del living (de verdad Shane tenía ojo para estas cosas). Nos llegaba un calor acogedor, y estábamos hablando de nada y riéndonos de cualquier cosa. Y entonces… Sonó el timbre.
Emily soltó un gritito de alegría y salió corriendo hacia la puerta. Lo que significaba que lo más seguro fuera El Jardinero. Hay gente que puede oler el chocolate a varias cuadras. Tal vez ella podía oler a su Jardinero desde el living si él estaba en la puerta.
-Chicos, él es Toby. Toby: Spencer, Ryan, Jon. – dijo señalando a cada uno mientras decía sus nombres - Shane y Brendon, los dueños de casa – agregó señalándonos a nosotros dos.
Todos lo saludamos con la mano, y Ryan dijo: “buenas tardes”. Siempre tan sofisticado.
Toby era… tan… plástico. Para ser un paisajista se preocupaba demasiado por su imagen. Y se los está diciendo alguien que trabaja en el rubro de la música (la imagen lo es todo). Tenía clavada una sonrisa en la cara, que en el fondo decía: “no quiero estar aquí”. Y esa postura: Emily estaba agarrada de su brazo mientras él guardaba sus manos en los bolsillos del pantalón. Totalmente grosero.
Emily lo llevó con ella y se sentaron juntos en un sillón de un cuerpo.
-Entonces ¿Panic At The Disco, eh? – comentó… Toby.
Todos asentimos sin saber qué decir.
-Oí que son famosos, ¿es cierto? ¿O es que a Emily le gusta exagerar? – preguntó con su sonrisa falsa.
Emily lo golpeó suavemente, con media sonrisa en el rostro. Pero nosotros cinco (contando a Shane) nos miramos con la misma pregunta grabada en el rostro: “¿cuál-es-su-problema?”.
-Aún estamos creciendo – dijo Ryan. El único que pudo decir algo amable respecto de su comentario.
-Musicalmente, quieres decir – dijo Toby apartando el brazo que Emily acaba de pasarle sobre los hombros, y echándose hacia delante.
-Como personas también, no somos tan grandes – Ryan estaba comenzando a perder el hilo de su paciencia. Quiero decir: acababa de llamarnos “viejos”.
-Oh… Creí que algunos de ustedes ya llegaban a los treinta – dijo frunciendo el ceño.
-Entonces tú deberías estar por el medio siglo – comentó Jon por lo bajo, haciéndome reír.
Emily me miró con ojos asesinos y las mandíbulas apretadas.
-Claro, por nuestra carrera cualquiera pensaría que andamos por esas edades – comencé con mi sonrisa de triunfo dibujada – Pero es que empezamos de muy jóvenes. Spencer aún no había cumplido dieciséis cuando escribieron la primera canción –
La cara de Toby lo dijo todo. Estaba enojado por la mera realidad.
-¿Y todos terminaron sus estudios? – preguntó tratando de parecer amable.
-Sí, claro – contestó Spencer.
Y así siguieron sus preguntas estúpidas sobre la banda. Emily parecía alabarle todo, pero yo sé que si no hubiese sido su novio quien las formulaba, estaría peleándose con esa persona. Preguntas totalmente estúpidas y que habíamos respondido millones de veces como: “¿Por qué el nombre?”, “¿Las historias de las canciones son reales?”.
“¿A quién le importa?”, me pregunté una y otra vez. Y al parecer Ryan se preguntaba lo mismo.
-Será mejor que nos busques en Wikipedia – le dijo Ryan una vez que el sol había caído – Porque nos tenemos que ir… Además, allí vas a encontrar información más interesante. No necesariamente cierta, pero interesante al fin… -
-Será mejor que yo me vaya también – contestó Toby ignorando el sarcasmo de Ryan.
-¿Ya te vas? – preguntó Emily entristecida.
-Sí, paso por el baño y me voy, tengo trabajo mañana - agregó levantándose del sillón.
-Para allá – le señaló Emily por dónde estaba el baño.
Ryan tuvo la decencia de esperar a que desapareciera por la esquina para estallar.
-¡¿Con qué clase de imbécil te has metido?! – le preguntó a Emily, estirándose (todo lo largo que era) desde su lugar, sentado en el sillón entre Spencer y Jon.
-¿Qué quieres decir? – preguntó Emily mirando hacia el lugar por dónde había desaparecido El Jardinero.
-¿Dónde estabas durante el cuestionario? – se sorprendió Ryan.
-Hey… - dijo Spencer calmando un poco a su amigo – Ryan tiene un punto: ¿te hizo todas esas preguntas a ti también? –
-¿Qué hay si le gusta saber sobre las personas con las que habla? – lo defendió Emily.
-Claro, es genial: “¡Hola! ¿Cómo estás? ¿Puedo tomar una muestra de tu sangre?” – dijo Ryan poniendo caras, haciendo muecas – Es de lo más romántico… -
-Al menos no sale con la primera que se le cruza – espetó Emily.
Todos nos quedamos en silencio, esperando la reacción de Ryan.
-No vine aquí a ser insultado – dijo levantándose.
Shane le fue atrás para abrirle la puerta. Spencer y Jon se despidieron de nosotros y se fueron también.
-Es una mala chica… – me dijo Jon en voz baja, bromeando.
Luego se fue El Jardinero, y nos quedamos de nuevo nosotros tres solos.
-Fuiste algo dura con Ryan – dijo Shane durante la cena.
Era el primero en hablar desde la partida de Toby.
-¿No escuchaste lo que él dijo? Y ninguno de ustedes dos dijo nada a mi favor – se quejó.
Shane y yo miramos automáticamente nuestros platos.
-¿Acaso concuerdan con Ryan? – preguntó dejando el tenedor lleno de comida que acababa de levantar, sobre el plato.
Miré a Shane en busca de ayuda.
-No exactamente en las palabras de Ryan, pero… - Shane todavía estaba hilando la idea en su mente cuando Emily se levantó bruscamente.
-No necesitaba esto de ustedes – dijo sin mirarnos, y se marchó.
Nos miramos con Shane y ambos suspiramos rendidos.
-Genial – dijimos a la vez.
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