CAPITULO 35: “GO, GO, GO…”
-Me dejaste con la palabra en la boca – fue lo primero que dijo Shane al verme atravesar la puerta.
Me quedé quieto, mirándolo. Entonces Emily salió de detrás de mí y saludó a Shane tímidamente.
-Hola… - soltó mirando al suelo.
-¿Y tú dónde se supone que estabas? – exclamó Shane – Estaba muy preocupado… -
Emily apretó mi mano, que aún estaba rodeando al suya. No nos habíamos soltado desde que nos paramos para encaminarnos a casa.
-Yo… - murmuró Emily casi sin fuerzas.
-No importa; por lo menos estás a salvo. Y tú – agregó señalándome a mí – podrías haberme dicho que ibas a ir a buscarla a ella en vez de cerrarme la puerta en mis narices, como lo hiciste –
-No fui a buscarla – contesté sinceramente.
Emily aflojó su mano de pronto, y como acto reflejo: yo la sostuve.
-¿No? – preguntaron Shane, Emily, Alice y Jon a la vez.
Alice estaba sentada en el sillón, donde la había dejado.
-¿Jon? – pregunté al escuchar su voz.
-¿Qué? – preguntó él saliendo de detrás del sillón con una porción de torta del día anterior a medio comer en la mano.
Me reí al verlo, y todos se me quedaron mirando.
-¿Qué? – inquirí – Vamos, ¿me van a decir que no es gracioso que Jon siempre venga en los momentos cuando uno menos lo espera? – Nada. Cero respuestas. – De acuerdo, de acuerdo. ¿En qué estábamos? –
-En que no fuiste a buscarme – dijo Emily.
-¿Por qué no fuiste a buscarla? – preguntó Alice.
-¿Y a ti qué? – exclamó Emily.
-Me preocupo por ti – le respondió Alice frunciendo el ceño sorprendida.
-¡Niñas! – grité antes que comience a correr sangre.
-Déjalas pelearse, será divertido – dijo Jon dándole un mordisco a su torta, con una ancha sonrisa en el rostro.
-¡Jonathan! – lo retó Shane.
-Sí, papá – dijo Jon sentándose en el sillón muy derechito.
Eso también me causó gracia. Pero al parecer era el único que estaba de humor en ese momento. Comprendía que Shane estuviera furioso. Yo nunca lo había tratado como uno más de mis amigos; él había sido como mi hermano mayor cuando lo necesité, y le debía mucho por haberle cerrado la puerta en la cara. Alice de verdad esperaba que yo me confesara ante Emily; además no estaba enojada, sólo decepcionada, a lo sumo algo molesta. Pero el enojo de Emily era incomprensible, quiero decir: soy sólo su “mejor amigo”, ¿Por qué esperaba tanto de mí?
-No importa, ya están aquí – dijo Shane relajándose un poco - ¿Quieren comer algo? – preguntó; y en ese momento mi estómago hizo un ruido extraño hasta para mí.
Todos sonrieron.
-¿Con que mi hambruna sí les causa gracia, eh? – bromeé.
Mientras Emily y yo comíamos algo de lo que había sobrado del almuerzo, pude notar cómo ella miraba con algo de resentimiento a Alice. Y me sorprendió bastante; nunca creí que se enojaría tanto con ella. Por otro lado, Alice nos miraba con ternura.
-Así que… ¿A dónde escapaste? – preguntó Jon ahora atragantándose con un panquecito.
-Fui a la playa… - contestó comiéndose el último pedazo de carne que le quedaba.
-El sonido del mar es lo único que te tranquiliza… - dijo Alice dándose cuenta en ese momento.
-No hubiese tenido que tranquilizarme si no hubieses hecho lo que hiciste… - escupió Emily.
-¡No digas eso! – repliqué sin dejarle tiempo a Alice ni para pensar – Ella planeó todo pensando en ti – mentí. Sabía muy bien que Alice había hecho todo por mí; por no ser capaz de luchar mi propia pelea.
-¿Vas a defenderla a ella? – me respondió Emily sorprendida.
Me quedé callado mirándola por un tiempo, y cuando abrí mi boca para decirle “por supuesto”, Alice me interrumpió.
-¡Claro que no! Brendon me odia por lastimarte, ¿verdad, Brendon? – Emily seguía mirándome a mí, y cuando vi a Alice noté lo desesperada que estaba porque yo dijera que sí.
-Lo siento, Alice, pero no puedo odiarte… - confesé.
Jon se pasó una mano por la cara.
-No te preocupes, de todos modos, ella me odia suficiente por todos… - dijo Alice levantándose de su silla.
-¿A dónde vas? – pregunté.
No me contestó.
Con Alice lejos, Emily se tranquilizó bastante. Jon y Shane se encargaron de hacernos hablar tantas estupideces como para que yo olvidara lo que acababa de pasar. Pero ¿cómo esperaban que no me afecte? Alice era mi mejor amiga desde el primer día que entró en Smoothie House y me golpeó en la nuca con un trapo mojado. Nunca nos habíamos fallado desde entonces. Ella era como mi hermana, era como mi mente fuera de mi cuerpo. ¿Y pretendían que la dejara a la deriva por ayudarme? No lo haría; encima ni siquiera había servido para nada, porque su estúpido hermanito menor de veintiún años no era capaz de decirle a una niña de diecinueve cuánto la quería en verdad. No iba a abandonar a Alice ahora. No.
Shane estaba diciendo algo sobre una nueva cámara que quería comprarse cuando escuché la puerta de calle abrirse. No pudieron detenerme a ir a ver qué sucedía. Y como lo sospeché, Alice estaba allí.
-Tú no te vas a ningún lado – dije cerrando la puerta antes que pudiera atravesarla.
-Brendon, ¿no puedes simplemente tomar el camino que te abrí? –preguntó cansina.
-No si la persona que me ayudó a llegar allí no viene conmigo – contesté.
-No funciono en los tríos, Bren – contestó sonriendo amargamente.
-Sabes que no me refiero a eso… - le dije desesperándome.
Alice tomó una gran bocanada de aire y la largó de una sola vez.
-Brendon – dijo parándose de puntillas y dándome un beso en la frente – Ya sabes lo que tienes que hacer, y yo estoy crecidita y sé cuidarme sola. Me contento con eso… -
-Ay, pero qué bella imagen… ¿Piensas detenerla a que se vaya? – preguntó Emily sarcásticamente, apoyándose contra el marco que daba al comedor.
Nunca la había visto ser tan sínica; y la verdad es que no me atraía para nada.
Antes que pueda siquiera pensar en qué contestarle ya tenía la mano entera de Alice tapándome la boca.
-Sólo has lo que debas hacer, y no lo que sientas, Boyd – susurró mostrando media sonrisa.
Asentí, y le abrí la puerta. Ella me sonrió una vez más y luego se marchó por mi puerta con su mini-valija en mano.
-Esto es demasiado dramático incluso para mí – dijo Jon abriendo la puerta por la que recién había desaparecido Alice. – Vuelvo más tarde… -
-¿Vas a llorar? – espetó Emily.
-¿Por qué te comportas así? – pregunté dolido. No la comprendía.
-Ay, vamos no seas tan dramático – dijo recomponiéndose un poco. Pero no lo suficiente.
La ignoré y me fui a sentar en uno de los sillones.
-Brendon… - dijo Emily volviendo a sonar como ella.
-No me vengas con “Brendon”; ya no sé quién eres… - dijo levantándome para dirigirme a mi cuarto.
-¡No, espera! – exclamó Emily tomándome de un brazo.
Me quedé parado en donde ella me había detenido; pero no volteé a verla.
-Es que… Me cela que le prestes tanta atención a Alice… - dijo casi en un susurro. Pero en el silencio sepulcral de la casa, logré escucharla sin problemas.
-Es mi mejor amiga; no quiero abandonarla por más que ella me diga que lo haga… - contesté volviendo a sentarme a su lado.
-Siempre creí que yo era tu mejor amiga – dijo Emily. Pero lo dijo como ella lo diría, entonces no me molestó. No me estaba acusando, simplemente estaba pensando en voz alta.
-Te equivocas, yo nunca te vi como mi mejor amiga. Tú me viste como tu mejor amigo… - contesté, rogando que se oyera en mis palabras eso que tanto quería decirle.
-Es cierto… Nunca te pregunté de qué manera te sentías tú. – dijo, haciéndome desear que me tragara la tierra. ¿Acaso tendría que fabricar un cartel luminoso para que notara que estaba enamorado de ella?
-Tampoco creí que eras tan amigo de Alice. Como siempre andaban peleándose… - acotó.
-Sí, es que Alice y yo somos como hermanos. Ella siempre me protege y me ayuda, como lo hizo ahora… - volví a intentar.
-No estarás… No estás enamorado de Alice, ¿no? – tanteó.
-¡Ay, por Dios! – exclamé pasándome las dos manos por la cara y el pelo.
-¿Qué? ¡Tal vez no lo has notado! Es muy común – contestó riéndose ante mi expresión incrédula.
-Dímelo a mí – dije en voz baja.
-Si es tan importante para ti, deberías ir a buscarla – dijo Emily luego de un rato de permanecer en silencio – Cuando quieres a alguien y te importa, debes aprovechar cada oportunidad para hacérselo saber… - terminó.
-No sé dónde podrá estar ahora… - comenté.
-Dices que son como hermanos. La conoces, Bren. Supiste, aunque sea de manera inconciente dónde estaba yo, sabrás dónde se encuentra Alice… - dijo alborotándome el pelo.
-¿Cuándo va a dejar de hacer eso la gente? – pregunté exhausto de sentir las manos de todos desorganizar mi desorganizado pelo.
-Es que me dan muchas ganas de hacerlo todo el tiempo – contestó Emily como si tal cosa.
-¿Por qué? – pregunté sorprendido.
-Porque me gusta tu cabello – dijo.
-¿En serio? – pregunté frunciendo el ceño sin poder creerlo.
-También me gusta esa sonrisa tuya… - dijo cuando esbocé media sonrisa. – Mucho… -
De pronto sus mejillas se tornaron de un color rojizo muy fuerte, como la primera vez que Ryan le tomó una foto; aquél día cuando nos conocimos.
No pude evitar reírme. Ella se tapó la boca mientras decía “¡Por Dios!”.
-¡Ve! ¡Ve a buscar a Alice! – gritó a través de su mano, alejándose de mí.
-¿Por qué? – pregunté divertido.
-¡Sólo ve a buscarla! – agregó tirándome un almohadón mientras me estaba levantando.
Me quedé quieto, mirándolo. Entonces Emily salió de detrás de mí y saludó a Shane tímidamente.
-Hola… - soltó mirando al suelo.
-¿Y tú dónde se supone que estabas? – exclamó Shane – Estaba muy preocupado… -
Emily apretó mi mano, que aún estaba rodeando al suya. No nos habíamos soltado desde que nos paramos para encaminarnos a casa.
-Yo… - murmuró Emily casi sin fuerzas.
-No importa; por lo menos estás a salvo. Y tú – agregó señalándome a mí – podrías haberme dicho que ibas a ir a buscarla a ella en vez de cerrarme la puerta en mis narices, como lo hiciste –
-No fui a buscarla – contesté sinceramente.
Emily aflojó su mano de pronto, y como acto reflejo: yo la sostuve.
-¿No? – preguntaron Shane, Emily, Alice y Jon a la vez.
Alice estaba sentada en el sillón, donde la había dejado.
-¿Jon? – pregunté al escuchar su voz.
-¿Qué? – preguntó él saliendo de detrás del sillón con una porción de torta del día anterior a medio comer en la mano.
Me reí al verlo, y todos se me quedaron mirando.
-¿Qué? – inquirí – Vamos, ¿me van a decir que no es gracioso que Jon siempre venga en los momentos cuando uno menos lo espera? – Nada. Cero respuestas. – De acuerdo, de acuerdo. ¿En qué estábamos? –
-En que no fuiste a buscarme – dijo Emily.
-¿Por qué no fuiste a buscarla? – preguntó Alice.
-¿Y a ti qué? – exclamó Emily.
-Me preocupo por ti – le respondió Alice frunciendo el ceño sorprendida.
-¡Niñas! – grité antes que comience a correr sangre.
-Déjalas pelearse, será divertido – dijo Jon dándole un mordisco a su torta, con una ancha sonrisa en el rostro.
-¡Jonathan! – lo retó Shane.
-Sí, papá – dijo Jon sentándose en el sillón muy derechito.
Eso también me causó gracia. Pero al parecer era el único que estaba de humor en ese momento. Comprendía que Shane estuviera furioso. Yo nunca lo había tratado como uno más de mis amigos; él había sido como mi hermano mayor cuando lo necesité, y le debía mucho por haberle cerrado la puerta en la cara. Alice de verdad esperaba que yo me confesara ante Emily; además no estaba enojada, sólo decepcionada, a lo sumo algo molesta. Pero el enojo de Emily era incomprensible, quiero decir: soy sólo su “mejor amigo”, ¿Por qué esperaba tanto de mí?
-No importa, ya están aquí – dijo Shane relajándose un poco - ¿Quieren comer algo? – preguntó; y en ese momento mi estómago hizo un ruido extraño hasta para mí.
Todos sonrieron.
-¿Con que mi hambruna sí les causa gracia, eh? – bromeé.
Mientras Emily y yo comíamos algo de lo que había sobrado del almuerzo, pude notar cómo ella miraba con algo de resentimiento a Alice. Y me sorprendió bastante; nunca creí que se enojaría tanto con ella. Por otro lado, Alice nos miraba con ternura.
-Así que… ¿A dónde escapaste? – preguntó Jon ahora atragantándose con un panquecito.
-Fui a la playa… - contestó comiéndose el último pedazo de carne que le quedaba.
-El sonido del mar es lo único que te tranquiliza… - dijo Alice dándose cuenta en ese momento.
-No hubiese tenido que tranquilizarme si no hubieses hecho lo que hiciste… - escupió Emily.
-¡No digas eso! – repliqué sin dejarle tiempo a Alice ni para pensar – Ella planeó todo pensando en ti – mentí. Sabía muy bien que Alice había hecho todo por mí; por no ser capaz de luchar mi propia pelea.
-¿Vas a defenderla a ella? – me respondió Emily sorprendida.
Me quedé callado mirándola por un tiempo, y cuando abrí mi boca para decirle “por supuesto”, Alice me interrumpió.
-¡Claro que no! Brendon me odia por lastimarte, ¿verdad, Brendon? – Emily seguía mirándome a mí, y cuando vi a Alice noté lo desesperada que estaba porque yo dijera que sí.
-Lo siento, Alice, pero no puedo odiarte… - confesé.
Jon se pasó una mano por la cara.
-No te preocupes, de todos modos, ella me odia suficiente por todos… - dijo Alice levantándose de su silla.
-¿A dónde vas? – pregunté.
No me contestó.
Con Alice lejos, Emily se tranquilizó bastante. Jon y Shane se encargaron de hacernos hablar tantas estupideces como para que yo olvidara lo que acababa de pasar. Pero ¿cómo esperaban que no me afecte? Alice era mi mejor amiga desde el primer día que entró en Smoothie House y me golpeó en la nuca con un trapo mojado. Nunca nos habíamos fallado desde entonces. Ella era como mi hermana, era como mi mente fuera de mi cuerpo. ¿Y pretendían que la dejara a la deriva por ayudarme? No lo haría; encima ni siquiera había servido para nada, porque su estúpido hermanito menor de veintiún años no era capaz de decirle a una niña de diecinueve cuánto la quería en verdad. No iba a abandonar a Alice ahora. No.
Shane estaba diciendo algo sobre una nueva cámara que quería comprarse cuando escuché la puerta de calle abrirse. No pudieron detenerme a ir a ver qué sucedía. Y como lo sospeché, Alice estaba allí.
-Tú no te vas a ningún lado – dije cerrando la puerta antes que pudiera atravesarla.
-Brendon, ¿no puedes simplemente tomar el camino que te abrí? –preguntó cansina.
-No si la persona que me ayudó a llegar allí no viene conmigo – contesté.
-No funciono en los tríos, Bren – contestó sonriendo amargamente.
-Sabes que no me refiero a eso… - le dije desesperándome.
Alice tomó una gran bocanada de aire y la largó de una sola vez.
-Brendon – dijo parándose de puntillas y dándome un beso en la frente – Ya sabes lo que tienes que hacer, y yo estoy crecidita y sé cuidarme sola. Me contento con eso… -
-Ay, pero qué bella imagen… ¿Piensas detenerla a que se vaya? – preguntó Emily sarcásticamente, apoyándose contra el marco que daba al comedor.
Nunca la había visto ser tan sínica; y la verdad es que no me atraía para nada.
Antes que pueda siquiera pensar en qué contestarle ya tenía la mano entera de Alice tapándome la boca.
-Sólo has lo que debas hacer, y no lo que sientas, Boyd – susurró mostrando media sonrisa.
Asentí, y le abrí la puerta. Ella me sonrió una vez más y luego se marchó por mi puerta con su mini-valija en mano.
-Esto es demasiado dramático incluso para mí – dijo Jon abriendo la puerta por la que recién había desaparecido Alice. – Vuelvo más tarde… -
-¿Vas a llorar? – espetó Emily.
-¿Por qué te comportas así? – pregunté dolido. No la comprendía.
-Ay, vamos no seas tan dramático – dijo recomponiéndose un poco. Pero no lo suficiente.
La ignoré y me fui a sentar en uno de los sillones.
-Brendon… - dijo Emily volviendo a sonar como ella.
-No me vengas con “Brendon”; ya no sé quién eres… - dijo levantándome para dirigirme a mi cuarto.
-¡No, espera! – exclamó Emily tomándome de un brazo.
Me quedé parado en donde ella me había detenido; pero no volteé a verla.
-Es que… Me cela que le prestes tanta atención a Alice… - dijo casi en un susurro. Pero en el silencio sepulcral de la casa, logré escucharla sin problemas.
-Es mi mejor amiga; no quiero abandonarla por más que ella me diga que lo haga… - contesté volviendo a sentarme a su lado.
-Siempre creí que yo era tu mejor amiga – dijo Emily. Pero lo dijo como ella lo diría, entonces no me molestó. No me estaba acusando, simplemente estaba pensando en voz alta.
-Te equivocas, yo nunca te vi como mi mejor amiga. Tú me viste como tu mejor amigo… - contesté, rogando que se oyera en mis palabras eso que tanto quería decirle.
-Es cierto… Nunca te pregunté de qué manera te sentías tú. – dijo, haciéndome desear que me tragara la tierra. ¿Acaso tendría que fabricar un cartel luminoso para que notara que estaba enamorado de ella?
-Tampoco creí que eras tan amigo de Alice. Como siempre andaban peleándose… - acotó.
-Sí, es que Alice y yo somos como hermanos. Ella siempre me protege y me ayuda, como lo hizo ahora… - volví a intentar.
-No estarás… No estás enamorado de Alice, ¿no? – tanteó.
-¡Ay, por Dios! – exclamé pasándome las dos manos por la cara y el pelo.
-¿Qué? ¡Tal vez no lo has notado! Es muy común – contestó riéndose ante mi expresión incrédula.
-Dímelo a mí – dije en voz baja.
-Si es tan importante para ti, deberías ir a buscarla – dijo Emily luego de un rato de permanecer en silencio – Cuando quieres a alguien y te importa, debes aprovechar cada oportunidad para hacérselo saber… - terminó.
-No sé dónde podrá estar ahora… - comenté.
-Dices que son como hermanos. La conoces, Bren. Supiste, aunque sea de manera inconciente dónde estaba yo, sabrás dónde se encuentra Alice… - dijo alborotándome el pelo.
-¿Cuándo va a dejar de hacer eso la gente? – pregunté exhausto de sentir las manos de todos desorganizar mi desorganizado pelo.
-Es que me dan muchas ganas de hacerlo todo el tiempo – contestó Emily como si tal cosa.
-¿Por qué? – pregunté sorprendido.
-Porque me gusta tu cabello – dijo.
-¿En serio? – pregunté frunciendo el ceño sin poder creerlo.
-También me gusta esa sonrisa tuya… - dijo cuando esbocé media sonrisa. – Mucho… -
De pronto sus mejillas se tornaron de un color rojizo muy fuerte, como la primera vez que Ryan le tomó una foto; aquél día cuando nos conocimos.
No pude evitar reírme. Ella se tapó la boca mientras decía “¡Por Dios!”.
-¡Ve! ¡Ve a buscar a Alice! – gritó a través de su mano, alejándose de mí.
-¿Por qué? – pregunté divertido.
-¡Sólo ve a buscarla! – agregó tirándome un almohadón mientras me estaba levantando.
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