Cap, VII : “EL RESTAURANTE: RELOADED (PARTE III, SÍ III)”
Los diez deformes estaban sentados en la van para quince, jodiendo a Brendon como nunca jodieron a nadie. Salvo Jon, que estaba en el asiento de atrás, prácticamente dentro del baúl. Comiéndose un paquete de papas fritas a escondidas de Aye. Bueno, en realidad Aye ya sabía: primero, porque lo olió (es groxxa); y segundo, porque me escucha a mí (tramposa). La cuestión es que venían así:
Manejando venía Brendon. De copiloto venía Aye.
-Qué linda palabra, “copiloto” - ¿Por qué esa tendencia a interrumpirme mientras estoy diciendo algo importante?
-¿Copiloto? – volvió a hacerlo…
-¡María! – le gritó en busca de ayuda… Y sigue haciendo trampa.
-Narry, dejá de joder… - siempre tan simpática.
Volviendo a lo que venía diciendo… Este… No sé.
-Copiloto –
¡Gracias! Aye venía en el asiento del acompañante-
-¡Copiloto! – me gritó.
¡Copiloto! En el asiento de atrás venían, de izquierda a derecha: Mery, Ryan, Alice. Aunque más bien venían: Mery/Ryan, espacio, Alice. Porque Alice empezaba a asustar a Ryan y cada vez se tiraba más encima de Mery, que prácticamente estaba en el suelo de la van. Más atrás, estaban las papas con Spencer y Eric en el medio. Si hubiesen visto la cara de Spencer pensarían que estaba al borde de sacar un arma de la nada y cagarlos a tiros a todos. Suerte que no tenía un arma… O al menos eso quiero creer. Si tenía una, tiene mucho autocontrol. Otro que Bella…
¿Cómo jodían a Brendon? La pregunta exacta es: ¿cómo NO jodían a Brendon? Estaban revoleándose lo que sea que encontraban por la van (cuando digo “lo que sea”, es: lo que sea…) por la cabeza. El que le pegaba a Brendon sin que se le torciera el auto ganaba más puntos. Son malvados los hijos de su madre. La única que pudo pegarle a Brendon en la cabeza fue Aye, porque estaba al lado. Joe y James no pudieron jugar porque Spencer insistió en que no era correcto. Aunque yo sé muy bien, que ese viejo número de la revista People salió de sus manitas.
La cuestión es que así y todo Brendon los llevó sanos y salvos al restaurant más cercano. Obviamente, es porque la cabeza de Brendon tiene súper resistencia, es casi como si usase casco día y noche. Pero volviendo al tema, llegaron al restaurant gritando y pataleando, quejándose que Aye había hecho trampa, y que no era legal, y que… Bueno, básicamente eran Mery y Aye discutiendo, como siempre.
-Pero sos una cheatera! – le gritaba Mery mientras entre Eric y Spencer trataban de mantenerles las bocas tapadas.
-Let them be… - decía Jon, que la estaba pasando bárbaro, escuchando los comentarios que decían los clientes del restaurant por lo bajo.
Una vez que estuvieron sentados, nadie pudo pararlas; por lo que un mesero se acercó (prácticamente) corriendo para atenderlos, pensando: “cuánto más rápido coman y se vayan, mejor”.
Ese día maldijo su trabajo como nadie. Jon y Aye estuvieron pidiendo comida durante casi media hora. Y no porque no se decidían. Sino porque la lista nunca terminaba.
Debe haber sido eso lo que lo alertó de su presencia; nadie más que él conociera pedía tanta comida en una sola cena.
-What are you doing here? – preguntó dándose vuelta. Sí, porque estaba sentado al lado, lo que pasa es que estaba de espaldas.
-¿Pete? – preguntó Aye con su tono en deforme en castellano.
-Who? – preguntó Pete a su vez, que no le entendió ni mierda lo que acababa de decir.
-Excuse me, is that all? – preguntó el mesero, que ya tenía casi un metro de papel escrito. Pobre.
-No! – gritaron Jon y Aye deseperados por obtener la atención del mesero una vez más.
-You owe me a contract – dijo Pete para intentar aclamar la atención de Aye.
-Food is more important for her, you should know – le dijo Mery para que dejara de tratar en vano.
- Oh… - fue todo lo que pudo decir Pete en respuesta mientras agachaba la cabeza resignado.
Al cabo de otros largos quince minutos (para el mesero), Aye y Jon terminaron con su maldita interminable lista de comida de todos los colores y sabores. Sin contar que además tuvieron que pedir comida vegetariana para los deformes mocosos de Alice y Brendon.
Por si se preguntan, Dawn había quedado encerradita en la van para quince, aunque Aye haya luchado por intentar meterla, no pudo; la seriedad en la cara de Ryan fue simplemente demasiada.
Pero volviendo a la historia que me compete, me gustaría decir que cuando al fin el pobre mesero se fue con su lista interminable de platos y guarniciones, Aye no tuvo mejor idea que hacerle la vida todavía más imposible.
Se preguntarán por qué… Déjenme, les explico.
-Hey, Pete… - dijo dándose vuelta luego de quedar satisfecha con su pedido de comida – Why don’t we set our tables together so we can talk about the contract? – aunque les parezca un comentario nada propio de la señorita Aye, salió de su bocota de nena malcriada (?).
-Yeah… sure… - dijo Pete, totalmente dudando tanto de la situación como de su salud mental.
-¿Podés dejar de atacarme? Gracias – maleducada…
-What? – preguntó inocentemente Pete.
-No, a vos no – dijo Aye rechazando su pregunta con una floritura de la mano.
-Uh… Te volviste re pro, ¡eh! – tiró su amiguita Mery.
Dejen de atacarme a mí ahora…
Mientras Aye, Mery, y yo peleábamos, dichas señoritas y el señorito Pete Wentz estaban haciendo un quilombo bárbaro con las mesas y las sillas. Y por si fuera poco, la gente ya ni susurraba, directamente les gritaban que actuaran como personas.
El pequeño mesero se acercó en medio de la movilización, y todavía no entiendo cómo hizo para que no se le cayera la pila de cosas que traía en las manos.
-Why… I-Don’t… - síp, no pudo hilar una frase el pobrecito.
Lo peor fue que se encontró con una Aye que lo miró como diciendo: “te falta más de la mitad de las cosas que te pedí y tengo hambre, chabón. Dale…”. El mesero salió corriendo tras abandonar un par de platos vegetarianos en la mesa.
-Encima que tarda mil años, trae la comida para bobos… - dijo Mery en voz baja, a lo que Brendon respondió con un…
-I know what you’re saying. Don’t. –
Por un momento creí que Mery iba a golpearlo hasta la muerte, pero solamente lo miró con desgano y se volteó para enfrentar a Pete dejando a Brendon sorprendido además de pachiclón.
Mientras Mery y Aye se divertían hablando boludeces, que nada que ver con el contrato, con Pete, Ryan y Spencer habían vuelto a la nostalgia de sus andanzas de jóvenes; Eric los escuchaba muriéndose de la risa por dentro (y no tanto). ¡Aburrido! Alice y Brendon estaban atracándose como cerdas chanchas que son (incluso sin el licor de melón), cada papa noisette estaba en la suya, y Joncy lloriqueaba porque el mesero todavía no había traído su orden.
-I swear I had to talk to you about something else… - dijo Pete, medio pensativo, luego de un rato de delirar sobre los videos bizarros de Fall Out Boy.
Sin embargo, no obtuvo respuesta: Aye ya estaba en el mundo “Bronx”, y Mery… Bueno, Mery habrá estado pensando en algo más interesante que lo que tenía para decir Pete. A todo esto, Ashlee estaba como loca de contenta porque Aye lo estaba haciendo comer a Bronx y ella podía disfrutar su cena en paz.
-The contract! – exclamó Wentz de pronto – Hey, girls, girls… - intentó llamarles la atención a las dos. Sin éxito.
-Ponta bebé… ¡aquí ‘tá! – ay, Aye, Aye, Aye; ¿nunca te vas a cansar de hacer el ridículo? – No, ¿algo más? – me contestó.
Entonces cuando Pete se dijo: “okay, la otra sí me va a escuchar porque… No, no sé por qué, pero tengo la esperanza”, y se dio vuelta sólo para darse cuenta que también la había perdido. O sea: se estaba gritando con Brendon, no tenía chance. No obstante, intentó una vez… (sólo una).
-Mary, Mary… - dijo picándole el hombro.
-… And you still feeling sorry about NOT killing a cow, but eating a live plant. You-have-problems – justo le estaba diciendo a Brendon. Aunque ustedes y yo sepamos que Mery es malvada, se tomó dos segundos para darse vuelta y decirle a Pete – Not now, I’m bussy – caradura…
-But… - dijo Pete sin entusiasmo, volvió a tratar con Aye, pero era más probable que hubiese obtenido una respuesta de una pared que de ella.
Porque sí. Cuando Aye se pone a jugar con nenes chiquitos (o en su defecto: “Jons”), la perdiste para siempre. Olvídalo.
Al cabo de un rato Eric se sumó a la conversación de mega-pelea de Brendon y Alice Vs. Mery y Joe (que se había sumado recientemente, sólo para llevarle la contra a su hermana… Y obvio que a Brendon, claro. ¿Cómo desaprovechar esa situación? Era perfecta, no tenía posibilidades de perder), y mientras Ashlee intentaba persuadir a Pete de contratar a Aye como niñera, la papa noisette serena se metió en la conversación. Sí, porque cuando uno pensaba que no tenía poder de comenzar una conversación, el pibe va y se mete en una discusión marital.
-Please? Please? Can we just keep her for a few months? – insistía una casi desesperada Ashlee.
-No! I mean, I don’t know… - Pete ya no entendía nada. Pobre.
Entre paréntesis, el mesero estaba peor, pero ya voy a volver a eso…
-So, you wanted to talk about our contract…? – tiró James justo cuando se armó un silencio. Qué mequetrefe.
-Oh, you’re part of the band, right? – preguntó Pete. Les dije que ya no entendía nada.
-Yep. As far as I know I’m still being the lead singer – contestó.
¿De dónde le salió el sarcasmo a éste? Nos sorprende día a día.
Tras una risita de zoquete, Pete continuó:
-I tried to talk to the girls, but they’re kinda bussy with something else – comentó.
-They’re gonna come back to you sooner or later – dijo James volviendo a su tono sabihondo habitual.
-Alright, so… What did you discuss about the contract with your manager so far? – inquirió Pete.
-Nothing, really. She left us on our own and left with Bob Bryar… somewhere – contestó.
-With who? –
-My Chemical Romance’s drummer – aclaró el rubio.
-Oh… - dijo Pete con cara de “esa mina me odia con todo”.
A todo esto, Jon había empezado a pedir el postre: lo que significaban ocho hojas más para el pobre meserito. También, Bronx se había quedado dormido, entonces Aye volvía a estar libre (no por eso mentalmente equilibrada). Y como Brendon y Alice se había puesto todos cachondos, Mery se volvió para intentar hablar con Pete.
-So what did you wanna talk about? – preguntó Aye.
-It’s already done – contestó Pete que, mágicamente, le había sacado tema de conversación a James. Esto se estaba poniendo raro…
-You prefer James, than us? – preguntó Aye con cara de “yo ésa no me la creo”.
-You’re cheating on me with Pete Wentz?! Come on, James, you can do it better than that… - dijo Mery antes que Pete pueda decir algo en su defensa.
Con ese comentario, Joe casi se muere ahogado con su propia bebida. Ryan, Spencer y Eric estaban como espectadores de las monería de Aye y Mery (como siempre), y Jon estaba embelesadísimo con su panquecito de mora azul.
Ah, me olvidaba, les cuento la historia del meserín. Todo empezó cuando su padre dejó… Bueno, no, ésa es demasiada historia. La cuestión es que era su primer día, y como buen novato (por novato léase: “ignorante”) dijo: “yo voy a hacer las cosas bien, voy a atender a los quilomberos así se van rápido”. Le salió el tiro por la culata, pero no fue más que su culpa. Es decir, mírenles las caras de Jon y a Aye: se nota demasiado que son dos glotones insalvables y que van a hacer lo que esté a su alcance para conseguir la mayor cantidad de comida posible. Además estaban las papas, y Alice. O sea: era demasiado obvio. Volviendo a lo (casi) importante, pobre mesero, le dieron la peor primer noche de su vida, y jamás la olvidará (?).
Jon llamó al mesero quizá por décima vez, y cuando el pobre niño estaba festejando que le iban a pedir la cuenta… Jon repitió el postre.
El restaurant en general se quedó en un silencio sepulcral por unos segundos. Bueno, tampoco que era tan difícil, ya no había casi nadie, los diez gordos y los Wentz habían estado comiendo por más de tres horas ya. Justo en ese momento, cuando nadie se lo esperaba, se abrió la puerta del restaurant.
¿Quién podría ser a estas horas de la noche?
Y así, con todo y la cámara lenta, entró Brent Wilson, seguido de un séquito de cuatro “wannabe’s”.
Manejando venía Brendon. De copiloto venía Aye.
-Qué linda palabra, “copiloto” - ¿Por qué esa tendencia a interrumpirme mientras estoy diciendo algo importante?
-¿Copiloto? – volvió a hacerlo…
-¡María! – le gritó en busca de ayuda… Y sigue haciendo trampa.
-Narry, dejá de joder… - siempre tan simpática.
Volviendo a lo que venía diciendo… Este… No sé.
-Copiloto –
¡Gracias! Aye venía en el asiento del acompañante-
-¡Copiloto! – me gritó.
¡Copiloto! En el asiento de atrás venían, de izquierda a derecha: Mery, Ryan, Alice. Aunque más bien venían: Mery/Ryan, espacio, Alice. Porque Alice empezaba a asustar a Ryan y cada vez se tiraba más encima de Mery, que prácticamente estaba en el suelo de la van. Más atrás, estaban las papas con Spencer y Eric en el medio. Si hubiesen visto la cara de Spencer pensarían que estaba al borde de sacar un arma de la nada y cagarlos a tiros a todos. Suerte que no tenía un arma… O al menos eso quiero creer. Si tenía una, tiene mucho autocontrol. Otro que Bella…
¿Cómo jodían a Brendon? La pregunta exacta es: ¿cómo NO jodían a Brendon? Estaban revoleándose lo que sea que encontraban por la van (cuando digo “lo que sea”, es: lo que sea…) por la cabeza. El que le pegaba a Brendon sin que se le torciera el auto ganaba más puntos. Son malvados los hijos de su madre. La única que pudo pegarle a Brendon en la cabeza fue Aye, porque estaba al lado. Joe y James no pudieron jugar porque Spencer insistió en que no era correcto. Aunque yo sé muy bien, que ese viejo número de la revista People salió de sus manitas.
La cuestión es que así y todo Brendon los llevó sanos y salvos al restaurant más cercano. Obviamente, es porque la cabeza de Brendon tiene súper resistencia, es casi como si usase casco día y noche. Pero volviendo al tema, llegaron al restaurant gritando y pataleando, quejándose que Aye había hecho trampa, y que no era legal, y que… Bueno, básicamente eran Mery y Aye discutiendo, como siempre.
-Pero sos una cheatera! – le gritaba Mery mientras entre Eric y Spencer trataban de mantenerles las bocas tapadas.
-Let them be… - decía Jon, que la estaba pasando bárbaro, escuchando los comentarios que decían los clientes del restaurant por lo bajo.
Una vez que estuvieron sentados, nadie pudo pararlas; por lo que un mesero se acercó (prácticamente) corriendo para atenderlos, pensando: “cuánto más rápido coman y se vayan, mejor”.
Ese día maldijo su trabajo como nadie. Jon y Aye estuvieron pidiendo comida durante casi media hora. Y no porque no se decidían. Sino porque la lista nunca terminaba.
Debe haber sido eso lo que lo alertó de su presencia; nadie más que él conociera pedía tanta comida en una sola cena.
-What are you doing here? – preguntó dándose vuelta. Sí, porque estaba sentado al lado, lo que pasa es que estaba de espaldas.
-¿Pete? – preguntó Aye con su tono en deforme en castellano.
-Who? – preguntó Pete a su vez, que no le entendió ni mierda lo que acababa de decir.
-Excuse me, is that all? – preguntó el mesero, que ya tenía casi un metro de papel escrito. Pobre.
-No! – gritaron Jon y Aye deseperados por obtener la atención del mesero una vez más.
-You owe me a contract – dijo Pete para intentar aclamar la atención de Aye.
-Food is more important for her, you should know – le dijo Mery para que dejara de tratar en vano.
- Oh… - fue todo lo que pudo decir Pete en respuesta mientras agachaba la cabeza resignado.
Al cabo de otros largos quince minutos (para el mesero), Aye y Jon terminaron con su maldita interminable lista de comida de todos los colores y sabores. Sin contar que además tuvieron que pedir comida vegetariana para los deformes mocosos de Alice y Brendon.
Por si se preguntan, Dawn había quedado encerradita en la van para quince, aunque Aye haya luchado por intentar meterla, no pudo; la seriedad en la cara de Ryan fue simplemente demasiada.
Pero volviendo a la historia que me compete, me gustaría decir que cuando al fin el pobre mesero se fue con su lista interminable de platos y guarniciones, Aye no tuvo mejor idea que hacerle la vida todavía más imposible.
Se preguntarán por qué… Déjenme, les explico.
-Hey, Pete… - dijo dándose vuelta luego de quedar satisfecha con su pedido de comida – Why don’t we set our tables together so we can talk about the contract? – aunque les parezca un comentario nada propio de la señorita Aye, salió de su bocota de nena malcriada (?).
-Yeah… sure… - dijo Pete, totalmente dudando tanto de la situación como de su salud mental.
-¿Podés dejar de atacarme? Gracias – maleducada…
-What? – preguntó inocentemente Pete.
-No, a vos no – dijo Aye rechazando su pregunta con una floritura de la mano.
-Uh… Te volviste re pro, ¡eh! – tiró su amiguita Mery.
Dejen de atacarme a mí ahora…
Mientras Aye, Mery, y yo peleábamos, dichas señoritas y el señorito Pete Wentz estaban haciendo un quilombo bárbaro con las mesas y las sillas. Y por si fuera poco, la gente ya ni susurraba, directamente les gritaban que actuaran como personas.
El pequeño mesero se acercó en medio de la movilización, y todavía no entiendo cómo hizo para que no se le cayera la pila de cosas que traía en las manos.
-Why… I-Don’t… - síp, no pudo hilar una frase el pobrecito.
Lo peor fue que se encontró con una Aye que lo miró como diciendo: “te falta más de la mitad de las cosas que te pedí y tengo hambre, chabón. Dale…”. El mesero salió corriendo tras abandonar un par de platos vegetarianos en la mesa.
-Encima que tarda mil años, trae la comida para bobos… - dijo Mery en voz baja, a lo que Brendon respondió con un…
-I know what you’re saying. Don’t. –
Por un momento creí que Mery iba a golpearlo hasta la muerte, pero solamente lo miró con desgano y se volteó para enfrentar a Pete dejando a Brendon sorprendido además de pachiclón.
Mientras Mery y Aye se divertían hablando boludeces, que nada que ver con el contrato, con Pete, Ryan y Spencer habían vuelto a la nostalgia de sus andanzas de jóvenes; Eric los escuchaba muriéndose de la risa por dentro (y no tanto). ¡Aburrido! Alice y Brendon estaban atracándose como cerdas chanchas que son (incluso sin el licor de melón), cada papa noisette estaba en la suya, y Joncy lloriqueaba porque el mesero todavía no había traído su orden.
-I swear I had to talk to you about something else… - dijo Pete, medio pensativo, luego de un rato de delirar sobre los videos bizarros de Fall Out Boy.
Sin embargo, no obtuvo respuesta: Aye ya estaba en el mundo “Bronx”, y Mery… Bueno, Mery habrá estado pensando en algo más interesante que lo que tenía para decir Pete. A todo esto, Ashlee estaba como loca de contenta porque Aye lo estaba haciendo comer a Bronx y ella podía disfrutar su cena en paz.
-The contract! – exclamó Wentz de pronto – Hey, girls, girls… - intentó llamarles la atención a las dos. Sin éxito.
-Ponta bebé… ¡aquí ‘tá! – ay, Aye, Aye, Aye; ¿nunca te vas a cansar de hacer el ridículo? – No, ¿algo más? – me contestó.
Entonces cuando Pete se dijo: “okay, la otra sí me va a escuchar porque… No, no sé por qué, pero tengo la esperanza”, y se dio vuelta sólo para darse cuenta que también la había perdido. O sea: se estaba gritando con Brendon, no tenía chance. No obstante, intentó una vez… (sólo una).
-Mary, Mary… - dijo picándole el hombro.
-… And you still feeling sorry about NOT killing a cow, but eating a live plant. You-have-problems – justo le estaba diciendo a Brendon. Aunque ustedes y yo sepamos que Mery es malvada, se tomó dos segundos para darse vuelta y decirle a Pete – Not now, I’m bussy – caradura…
-But… - dijo Pete sin entusiasmo, volvió a tratar con Aye, pero era más probable que hubiese obtenido una respuesta de una pared que de ella.
Porque sí. Cuando Aye se pone a jugar con nenes chiquitos (o en su defecto: “Jons”), la perdiste para siempre. Olvídalo.
Al cabo de un rato Eric se sumó a la conversación de mega-pelea de Brendon y Alice Vs. Mery y Joe (que se había sumado recientemente, sólo para llevarle la contra a su hermana… Y obvio que a Brendon, claro. ¿Cómo desaprovechar esa situación? Era perfecta, no tenía posibilidades de perder), y mientras Ashlee intentaba persuadir a Pete de contratar a Aye como niñera, la papa noisette serena se metió en la conversación. Sí, porque cuando uno pensaba que no tenía poder de comenzar una conversación, el pibe va y se mete en una discusión marital.
-Please? Please? Can we just keep her for a few months? – insistía una casi desesperada Ashlee.
-No! I mean, I don’t know… - Pete ya no entendía nada. Pobre.
Entre paréntesis, el mesero estaba peor, pero ya voy a volver a eso…
-So, you wanted to talk about our contract…? – tiró James justo cuando se armó un silencio. Qué mequetrefe.
-Oh, you’re part of the band, right? – preguntó Pete. Les dije que ya no entendía nada.
-Yep. As far as I know I’m still being the lead singer – contestó.
¿De dónde le salió el sarcasmo a éste? Nos sorprende día a día.
Tras una risita de zoquete, Pete continuó:
-I tried to talk to the girls, but they’re kinda bussy with something else – comentó.
-They’re gonna come back to you sooner or later – dijo James volviendo a su tono sabihondo habitual.
-Alright, so… What did you discuss about the contract with your manager so far? – inquirió Pete.
-Nothing, really. She left us on our own and left with Bob Bryar… somewhere – contestó.
-With who? –
-My Chemical Romance’s drummer – aclaró el rubio.
-Oh… - dijo Pete con cara de “esa mina me odia con todo”.
A todo esto, Jon había empezado a pedir el postre: lo que significaban ocho hojas más para el pobre meserito. También, Bronx se había quedado dormido, entonces Aye volvía a estar libre (no por eso mentalmente equilibrada). Y como Brendon y Alice se había puesto todos cachondos, Mery se volvió para intentar hablar con Pete.
-So what did you wanna talk about? – preguntó Aye.
-It’s already done – contestó Pete que, mágicamente, le había sacado tema de conversación a James. Esto se estaba poniendo raro…
-You prefer James, than us? – preguntó Aye con cara de “yo ésa no me la creo”.
-You’re cheating on me with Pete Wentz?! Come on, James, you can do it better than that… - dijo Mery antes que Pete pueda decir algo en su defensa.
Con ese comentario, Joe casi se muere ahogado con su propia bebida. Ryan, Spencer y Eric estaban como espectadores de las monería de Aye y Mery (como siempre), y Jon estaba embelesadísimo con su panquecito de mora azul.
Ah, me olvidaba, les cuento la historia del meserín. Todo empezó cuando su padre dejó… Bueno, no, ésa es demasiada historia. La cuestión es que era su primer día, y como buen novato (por novato léase: “ignorante”) dijo: “yo voy a hacer las cosas bien, voy a atender a los quilomberos así se van rápido”. Le salió el tiro por la culata, pero no fue más que su culpa. Es decir, mírenles las caras de Jon y a Aye: se nota demasiado que son dos glotones insalvables y que van a hacer lo que esté a su alcance para conseguir la mayor cantidad de comida posible. Además estaban las papas, y Alice. O sea: era demasiado obvio. Volviendo a lo (casi) importante, pobre mesero, le dieron la peor primer noche de su vida, y jamás la olvidará (?).
Jon llamó al mesero quizá por décima vez, y cuando el pobre niño estaba festejando que le iban a pedir la cuenta… Jon repitió el postre.
El restaurant en general se quedó en un silencio sepulcral por unos segundos. Bueno, tampoco que era tan difícil, ya no había casi nadie, los diez gordos y los Wentz habían estado comiendo por más de tres horas ya. Justo en ese momento, cuando nadie se lo esperaba, se abrió la puerta del restaurant.
¿Quién podría ser a estas horas de la noche?
Y así, con todo y la cámara lenta, entró Brent Wilson, seguido de un séquito de cuatro “wannabe’s”.
*Not knowing you'd change for just one bite...*
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