Cap. XI : “DECAYDANCE”
Hablando de “decay”… Nuestras pequeñas niñas especiales estaban pasando por un momento de confusión extrema. Después del episodio Keltie vs. Ryan, todo había cambiado. Jon les había aconsejado irse a vivir con Brendon y Shane por el momento hasta que se aclararan las cosas. Lo más sorprendente de todo fue que tuvieron una conversación bastante madura. Quizá demasiado para mi gusto. Fue hasta demasiado raro. La cuestión es que ahora nuestras heroínas, Alice, y las papas noisette estaban viviendo bajo el techo de Mr. Urie.
Todo había sucedido demasiado rápido y sin demasiadas explicaciones, sobre todo para el gusto de Mery. Nadie les había explicado nada, Brendon las trataba como si fueran nenas chiquitas, y Shane las sobreprotegía (aunque, convengamos que Shane sobreprotege a todo el mundo, pero bueno). Aunque Aye y Joe estaban viviendo un infierno bajo el ala de Brendon, a ella no parecía importarle demasiado. Estaba más preocupada por lo que estaba pasando con Panic At The Disco; si era que estaba pasando algo con Panic At The Disco. ¿Cómo saberlo? ¡Soy sólo un narrador!
En fin, la situación no estaba yendo a ningún lado. Llevaban varios días (por no decir semanas) sin ver ni a Ryan ni a Keltie, y todo se estaba volviendo muy raro. Joncy apenas se aparecía para una comida, y luego se marchaba. Todos parecían estar muy tensos, pero nadie hablaba al respecto.
Ni bien todos se mudaron a lo de Shane, a Regan le agarró un patatús impresionante que, les juro mi “libroleyentes”, creí que podría llegar a morir… o… a matar a alguien. Era más bien un cincuenta-cincuenta. Si bien todos sabemos que la humilde Regs se iba a inclinar nada más y nada menos que por el asesinato…
Una mañana especialmente fuera de control, Brendon le había dejado un cartel a Regan que decía:
Take care of the girls.
Don’t let ‘em go anywhere.
I’ll be back by noon.
-Brendon.
P.S.: I left Joe handcuffed to the bath-top.
-Oh my gosh! – escucharon que gritó desde la cocina, bien entrada la mañana.
Todos habían leído la nota de Brendon. Todos habían visto a Joe esposado a la bañadera. Nadie había encontrado la llave. Todos supusieron que estaba en los calzones de Brendon. Todos dejaron de pensar. Aye, Mery, y James estaban viendo la televisión en el living. A nadie pareció importarle que Joe estuviera esposado a la bañadera, al final.
Al escuchar el grito de Regan, Mery y Aye se miraron con cara de “what the fuck?!” y salieron corriendo en su ayuda.
-What?! - exclamaron las dos a la vez ingresando a la cocina a trompicones.
-I run out of bread… - dijo ella, simplemente.
Loquita.
-Oh, so that was it… - dijo Mery poniendo los ojos en blanco.
-¿En serio? – preguntó Aye dejándose caer al lado de una mesada como si hubiese corrido una maratón. – ¡No jodas, la casa de Brenny es grande! – se defendió. Tristemente, en mi opinión.
-Can you guys go get some? – preguntó Regan en seguida.
-I’ll go with them – exclamó Alice entrando a la cocina de sopetón y agarrando una de las manzanas que había en un bowl en medio de la mesada (sí, justo al lado de donde estaba Aye tirada en el suelo).
A su entrada, Mery casi se cae de culo al suelo del susto.
-You sure? – le preguntó Regan ya no tan convencida como antes.
-Don’t worry, Regs, I’ll take care of them two – le aseguró Mery.
-¡Me puedo cuidar solita! – gritó Aye en castellano. Maleducada.
Con qué cara la habrá mirado Mery que Aye comenzó a reírse sola… Síp, sola. No debería sorprenderlos tanto a esta altura.
Así que Regan les dio plata, y las tres muchachitas se marcharon al mejor estilo “Hansol y Gretteil” en busca de pan…
Venían las tres gritando como unas locas sobre Dios sabe qué cuando llegaron a la puerta de la panadería (tres cuadras más allá de la casa de Brendon) y Alice exclamó:
-Allan! – callándolas a las otras dos y lanzándose a los brazos de otro hombre.
¡¿LANZÁNDOSE A LOS BRAZOS DE OTRO HOMBRE?!
-Tal cual… - me dijo Aye.
-¿Allan? – se miraron las dos con una ceja alzada, media sonrisa, y cara de adulto al que le cuentan sobre el país de nunca jamás.
-How’re you doing girl? – le pregunto el susodicho Allan a nuestra queridísima Alice.
Y comenzaron a hablar sobre cosas que Mery no sabía y Aye no estaba segura de querer escuchar. En resumen…
-Wanna go grab something to eat? – le preguntó Allan al final.
-Sure! – contestó Alice con cara de un pokémon híbrido. Porque no era la cara de pokémon que ponía Aye cada vez que veía a Joe. Pero casi… – Girls… - Alice las miró y las otras dos no sabían dónde meterse.
-No… - comenzó Mery.
-… tenemos que… - dijo Aye señalando el interior de la panadería.
-… the bread… - agregó Mery negando con la cabeza.
-… someone has to get the bread to… - dijo Aye.
-… to Regs…? – dijo Mery al final buscando en Aye alguna respuesta que jamás encontraría.
-Okay – dijo Alice al fin, y como si Allan fuera el conejo blanco con chaleco y reloj, le corrió atrás con cara de pelotuda.
Así que las muchachas comenzaron a deliberar sobre el interesante Allan. En el medio como que compraron el pan, pero casi automáticamente; la vendedora les puso cara de Willie Guonca cuando tenía un flashback, pero logró entenderlas bastante, así que: que no llore. Entonces así venían, concentradas en su conversación sin sentido.
-Seguro es un amigo de la escuela… - dijo Aye totalmente convencida.
-Sí, Aye. Son amigos – le contestó Mery cagándosele de risa en la cara.
-¡Puede ser! –
-¿No le viste la cara de naba a Alice? – le dijo Mery sin dejar de reírse.
-Qué… ¿no crees en la amistad entre el hombre y la mujer? – se defendió Aye.
-No creo en la amistad entre Alice y un hombre – la corrigió Mery.
-Tenés un punto… - concordó Aye, mirando al sudeste.
Y hablaban y hablaban, y hablaban. Tan compenetradas en su conversación que nunca los vieron venir. Es más, una vez que chocaron tampoco los vieron. Estaban como re ciegas. Todo lo que vieron fue aquel cubito de colores volando por los aires hasta que cayó fuertemente en el suelo, estallando como una piñata en carnaval mexicano.
-Ups… - dijeron las dos volteando para enfrentar a quienes habían chocado.
-My… Rubik’s Cube… - se le llenaron los ojos de lágrimas.
-WECKETT!!! – gritó Aye con fervor (léase: como una loca de mierda) señalándolo al pobre muchacho que estaba llorando por la muerte de su cubo Rubik.
-¡No señales! – la cagó a pedos Mery bajándole el brazo con el cual señalaba.
El pibe que estaba al lado de “Weckett” se rió en sus caras. Mal.
El lloroncito fue a buscar su cubo Rubik (lo que quedó de su cubo Rubik) y volvió a pararse junto a su compañero.
-It’s gone – dijo sobándose los mocos con la manga de la campera que tenía puesta.
-And we’re very sorry for it – le dijo el otro posando una mano sobre el hombro del corazón roto y reprimiendo una carcajada.
-¡Boluda, es Weckett! – le dijo Aye a Mery.
-¡Ya sé! – contestó Mery emocionada – BTW: le acabamos de romper su cubo Rubik… - dijo ya algo más triste.
(¡Mentira!)
-Ay, debe tener como… diez – le contestó Aye.
-¿No serán muchos? –
-Who’s “Weckett”? – preguntó… ¿Weckett?
-Seriously? – le preguntó el otro.
-Es Siska, Narry, Sis-ka – me dijo Aye haciéndose la loca.
-What? – le preguntó Weckett a Siska.
¿Feliz?
-Un poco –
-You are Weckett… - le contestó Siska a Weckett mirándolo como si fuese un nene de ocho años.
-How so? – preguntó el aludido frunciendo el ceño. Devanándose los sesos para entender qué mierda era lo que quería decir su amigo, mientras se metía los restos del cubito en el bolsillo de la campera.
-William, plus, Beckett, equals: Weckett (William+Beckett=Weckett) – intentó explicarle Siska haciendo toda clase de gestos para que William le entienda.
-I’m not following you, Adam – contestó Will.
A todo esto, Aye y Mery los estaban mirando como si fuesen irreales. Como si de repente estás caminando por la calle y te encontrás a Luismi. Sabés que es él, pero simplemente no podés creerlo. Te podés encontrar a Disney si querés, también…
-Okay – se preparó Siska – William starts with a “w”, right? –
-Right. –
-So, they’ve replaced the “b” from “beckett” for the “w” from “william” and they got… - y le dejó el espacio para que complete, qué divino.
-… Weckett… - reflexionó William – Clever… – exclamó luego.
-Pretty much - *rosas*, *rosas* para Aye. – Un poquito nomás… -
Los cuatro se quedaron callados, sin mirarse. Silencio incómodo, de situación famoso/fan. Tremendo. Priceless.
Ah, y así como entre paréntesis, Aye le estaba echando el ojo a la bolsa de pan.
-¡Es la hora de la comida, che! – bocona…
-So… - dijo Siska luego de un rato.
-You’re an amazing bass player – le dijo Mery. Babosa.
-I love you – agregó Aye. Siempre. Desubicadísima.
Sonó el teléfono de William Beckett.
-Hello? – atendió – Hey Pete! Yeah, we’re on our way… -
Se escucharon las risas de Aye y Mery de fondo (y por “de fondo”, por favor, entiendan: “extremadamente fuerte e insoportables”); al parecer Siska estaba haciendo una muy buena imitación de William al teléfono.
-Who are you with? – preguntó la voz de Pete Wentz al otro lado del teléfono.
-Some fans we bumped into… - contestó William, evadiendo la pregunta.
¬-Don’t try to trick me Beckett. I know those laughs. You have my girls there! – le gritó Pete.
-Your girls…? – William ya estaba como si hubiese estado viendo ese dibujito japonés que provoca convulsiones.
-One is a short brown haired, mean girl. And the other one: smiles a lot, is probably wearing a hat, and she looks like twelve – anunció Pete.
-Pretty much, yeah… - contestó William sin saber qué más decir.
-I need them! Bring ‘em in! – le ordenó a William, y luego le cortó el teléfono.
-Okay… - dijo William mirando el teléfono que ya no lo conectaba con Pete Wentz.
-Kids you- pero nunca lo dejaron terminar porque Mery gritó.
-¡Nos va a hacer pagar el cubo mágico!
-¡Corré! – le correspondió Aye.
Y así comenzaron a correr como dos maniáticas del culo, sin rumbo. Bah, sí, estaban como yendo a lo de Brendon, pero tenían tres cuadras para correr nomás. A todo esto, William y Siska las estaban corriendo. Más Siska que William, pero funcionaban como un equipo.
-Che, corrimos como dos cuadras ya. No doy más – se quejó Mery.
-Tengo hambre-
-¡No toques el pan! – le dijo Mery sacándole la bolsa de pan de las manos.
-Pero-
-Al cabo que Beckett y Adam son re paralíticas seguro… -
-Sobre todo Weckett –
Estaban delirando (feo) de nuevo, mientras caminaban, volviendo a lo de Brendon. Agitadas de por sí, y encima con hambre (al menos Aye). Cuando de la nada… ¡Sácate! Les apareció un Siska que las tackleó y las sostuvo contra el suelo para que no escaparan. -You may be faster than us… But who’s not faster than William, right? –
Los tres se rieron del comentario de Siska.
-Stop laughing out of me! – se quejó William – Pete Wentz called and he wants you to go to the studio with us – dijo casi sin aliento, apoyándose contra la pared.
-Ah… so it’s about that… - dijo Mery haciéndose la boluda, que le sale bastante bien.
Y hablando de hacerse la boluda, Aye se estaba comiendo el pan.
-¿Qué? – preguntó Mery.
Pero era demasiado tarde, entre ella y Siska ya se habían bajado toda la bolsa (ignoro en qué momento Siska tuvo las agallas de meter mano en la comida que estaba comiendo una Aye. Pero al parecer, como es famoso el chico…). Para cuando Mery tuvo posesión de la pequeña bolsa de pan, se dio cuenta que no era más que medio pan.
-Regan nos mata – le dijo a la bolsa.
-People! We have to go to Decaydance Studios… - dijo Beckett en cuanto recobró el aliento.
-Bite me! – gritó Aye.
-Yeah, he’s gonna make us write an album – se quejó Mery – and we only have like four songs done – agregó.
Vagas de mierda…
William iba a decir algo, pero no lo hizo porque se sobresaltó cuando su teléfono celular comenzó a sonar… con una canción de Cindy Louper. Awkward!
-Pete! – le gritó al teléfono en medio de un ataque de pánico.
-Where-are-you?! – le gritó Pete a su vez – the girls still with you? –
-Yes… we are… somewhere… I… - dudó William buscando el nombre de una calle que jamás iba a encontrar. – I’m kinda lost. – admitió después.
-We are twenty feet away from Brendon’s place – se rindió Mery ante la idea de enfrentarse a Pete Wentz: su peor pesadilla.
Y de todos, supongo.
Así como de la nada, se estacionó un auto, donde estaban ellos. Y de allí bajó (chan, chan, chan): Pete Wentz.
-I was ‘round the block – anunció mientras salía triunfalmente del auto.
-Sure you were – dijeron Aye y Mery a la vez en, lo que ellas creyeron, era voz baja.
Y así sin más, sin saludar, sin siquiera un “hi”, Pete Wentz se acercó a la puerta del humilde hogar de Brendon Urie y tocó timbre.
Para su sorpresa, atendió Brendon.
-Pete! – exclamó, quizá demasiado contento.
-What? you don’t answer your phone anymore… – se quejó Pete mientras se mandaba adentro.
-Where were you?! – les gritó a Aye y Mery, que no se dieron por aludidas.
Mery todavía estaba pensando qué iba a inventar para que Regan le creyera que Aye no se había comido el pan. Antes de cruzar la puerta se convenció de que no iba a pasar nunca.
Una vez que todos entraron a la casa, Aye se dio vuelta y:
-Yo tenía un Weckett y un Siska – dijo, mirando fijo a la puerta.
-Brendon! – lo retó Mery mientras intentaba esconder la bolsa del inexistente pan de Regan.
Brendon alzó las cejas con cara de “yo no fui”, abrió la puerta, se hizo el que miraba y cuando la fue a cerrar de vuelta para decir: “no hay nadie”, algo se la trabó. Era el piecito de Adam Sisky.
(¿Hice mi tarea o qué?)
-You’re not doing that again – le advirtió la voz de Siska.
Y como al parecer Brendon siempre le tuvo miedo (las cosas que se viene a enterar uno en una segunda temporada), se corrió de la puerta y dejó pasar a los Chicaganienses a su hogar.
(FYI: ya sé que no son de Chicago. Pero, al revés del mundo: decir que sos de Chicago, en vez de una de esos pueblitos circundantes, es como decir que sos de Buenos Aires en vez de Capital Federal). Creo que quedó claro, ¿no?
-Mmm…. Nop – me dijeron las perversas.
En una milésima de segundo James apareció en escena y abrazó a Mery como si hubiese estado desaparecida por cuatro meses, y Regan aprovechó el momento y…
-HALF A BREAD! – gritó cuando se enteró que… medio pan era todo lo que tenía.
-Aye ate it! – gritó Mery todavía apresada por el ataque de James. Pensé que eras más noble. – Solía serlo… - desilusinante.
-Siska did too! – y vamos de mal en peor.
-Did not! – se defendió el otro.
-Adam… - lo llamó William, señalándose su boca para avisarle que tenía cachos de pan. Restos de la escena del crimen.
-No? So, please, can you tell me what’s that hanging from the corner of your mouth? – le dijo Regan con cara de superada – Wood chop, maybe? –
-I don’t know what you’re talking about… - dijo Siska limpiándose la boca en un flash.
Regan se puso a gritar –por no decir: entrar en un ataque de crisis nervioso- sobre cómo era posible que se hayan comido todo el pan, y encima tuvieran el tupé de dejarle medio, cuando Shane se apareció y se la llevó a la cocina modulando un “sorry” y dibujando una sonrisa en su rostro como: “no es mi culpa que esté desquiciada”.
-Contract – dijo Pete sentándose en un sillón.
Las chicas se miraron en busca de ayuda. James como que no estaba presente.
-HALF A BREAD! – volvió a gritar Regan asomándose por la puerta de la cocina.
Algo la metió de nuevo adentro y luego Shane salió susurrando:
-It won’t happen again – y se volvió a meter, también.
-Where’s Alice? – preguntó Brendon al rato.
Aye y Mery se miraron otra vez como: “no nos está pasando esto a nosotras”.
-¡Dios! ¡Concedeme una! –exclamó Mery a nadie – We were together… and then we killed William-
-What?! – la interrumpió Brendon gritando como una loquita.
-William’s Rubik’s Cube… - explicó Mery pensando (seguro) “¿qué mierda le pasa a este?” – and then… She was gone! Just like that – dijo sonriendo haciéndose la boluda (ya les dije que le salía bien) – James! – se quejó luego a su novio – get off…! – agregó fingiendo una sonrisa.
-Sorry… - contestó él – But this place’s scary… - agregó mirando para todos lados – And you can’t deny you love it when I hugh you –
-Maybe! – le dijo ella riéndose en serio.
-Where’s your guitar player? – preguntó Pete – And why does your sister hate me? I called her like thousands of times and she always told me she had better things to do… - Pete estaba como traumado con el asuntito con Agus.
-She hates you ‘cause you’re Pete Wentz and your role in CSI: NY was ridiculously stupid – le contestó Mery – And Joe’s handcuffed to the bath-top. Brendon Urie’s job. –
Pete lo miró a Brendon con cara de “flaco: crecé, tus nenas son grandes ya”.
-Oh, I’m on it, I’m on it, I’m on it…! – dijo Brendon quejándose, como si no fuera culpa solamente de él.
Mientras Brendon se alejaba hacia el baño, TODOS pudimos ver cómo se metía las manos en el pantalón para buscar las llaves.
-Gross! – gritaron Aye y Mery a la vez.
-My pants have an inner pocket, okay? – se defendió pobremente Brendon. Sucio.
-Sí, seguro… - contestaron las dos.
-They do! – gritó antes de meterse en el baño. – What… are… you… doing? – preguntó frunciendo el ceño y sacando la llave de… donde sea que haya estado.
Joe estaba sentadito al lado de la bañadera, esposado de la mano izquierda a una de las canillas. Había llenado la bañadera hasta el borde y estaba librando una batalla marítima entre patitos de hule, esponjas de baño, barquitos de papel, y buques tallados de jabón. Era creativo el chico, me dijeron. Justo en ese momento (cuando entró Brendon), uno de los buques de jabón estaba bajando un patito de hule… pirata. Eh… con parche y todo.
-I got bored! – se defendió Joe – Can you blame me?
-No… But… this? – dijo luego riéndose en su cara y acercándose a Joe para des-esposarlo.
-Where you kept the key? – le preguntó Joe.
-I’m not telling you – contestó en seguida Brendon.
-Then nobody has to know about the sea war… - quiso negociar Joe mientras vaciaba la bañadera.
-Fair enough – contest Brenny tendiéndole la mano.
-No offens but… - dijo Joey señalándole la mano a Brendon y alzando las cejas - you and I know where your hands just been, and my hands are just not comfortable with it… - terminó con media sonrisa, abriendo la puerta que llevaba del baño al living.
-Punk – susurró Brendon, con cara de “pendejo del orto”.
Todos sabemos que en el fondo a Brendon le encanta Joe.
-¡Porque Joe es genial! – gritó Aye.
Loca de mierda.
Todo había sucedido demasiado rápido y sin demasiadas explicaciones, sobre todo para el gusto de Mery. Nadie les había explicado nada, Brendon las trataba como si fueran nenas chiquitas, y Shane las sobreprotegía (aunque, convengamos que Shane sobreprotege a todo el mundo, pero bueno). Aunque Aye y Joe estaban viviendo un infierno bajo el ala de Brendon, a ella no parecía importarle demasiado. Estaba más preocupada por lo que estaba pasando con Panic At The Disco; si era que estaba pasando algo con Panic At The Disco. ¿Cómo saberlo? ¡Soy sólo un narrador!
En fin, la situación no estaba yendo a ningún lado. Llevaban varios días (por no decir semanas) sin ver ni a Ryan ni a Keltie, y todo se estaba volviendo muy raro. Joncy apenas se aparecía para una comida, y luego se marchaba. Todos parecían estar muy tensos, pero nadie hablaba al respecto.
Ni bien todos se mudaron a lo de Shane, a Regan le agarró un patatús impresionante que, les juro mi “libroleyentes”, creí que podría llegar a morir… o… a matar a alguien. Era más bien un cincuenta-cincuenta. Si bien todos sabemos que la humilde Regs se iba a inclinar nada más y nada menos que por el asesinato…
Una mañana especialmente fuera de control, Brendon le había dejado un cartel a Regan que decía:
Take care of the girls.
Don’t let ‘em go anywhere.
I’ll be back by noon.
-Brendon.
P.S.: I left Joe handcuffed to the bath-top.
-Oh my gosh! – escucharon que gritó desde la cocina, bien entrada la mañana.
Todos habían leído la nota de Brendon. Todos habían visto a Joe esposado a la bañadera. Nadie había encontrado la llave. Todos supusieron que estaba en los calzones de Brendon. Todos dejaron de pensar. Aye, Mery, y James estaban viendo la televisión en el living. A nadie pareció importarle que Joe estuviera esposado a la bañadera, al final.
Al escuchar el grito de Regan, Mery y Aye se miraron con cara de “what the fuck?!” y salieron corriendo en su ayuda.
-What?! - exclamaron las dos a la vez ingresando a la cocina a trompicones.
-I run out of bread… - dijo ella, simplemente.
Loquita.
-Oh, so that was it… - dijo Mery poniendo los ojos en blanco.
-¿En serio? – preguntó Aye dejándose caer al lado de una mesada como si hubiese corrido una maratón. – ¡No jodas, la casa de Brenny es grande! – se defendió. Tristemente, en mi opinión.
-Can you guys go get some? – preguntó Regan en seguida.
-I’ll go with them – exclamó Alice entrando a la cocina de sopetón y agarrando una de las manzanas que había en un bowl en medio de la mesada (sí, justo al lado de donde estaba Aye tirada en el suelo).
A su entrada, Mery casi se cae de culo al suelo del susto.
-You sure? – le preguntó Regan ya no tan convencida como antes.
-Don’t worry, Regs, I’ll take care of them two – le aseguró Mery.
-¡Me puedo cuidar solita! – gritó Aye en castellano. Maleducada.
Con qué cara la habrá mirado Mery que Aye comenzó a reírse sola… Síp, sola. No debería sorprenderlos tanto a esta altura.
Así que Regan les dio plata, y las tres muchachitas se marcharon al mejor estilo “Hansol y Gretteil” en busca de pan…
Venían las tres gritando como unas locas sobre Dios sabe qué cuando llegaron a la puerta de la panadería (tres cuadras más allá de la casa de Brendon) y Alice exclamó:
-Allan! – callándolas a las otras dos y lanzándose a los brazos de otro hombre.
¡¿LANZÁNDOSE A LOS BRAZOS DE OTRO HOMBRE?!
-Tal cual… - me dijo Aye.
-¿Allan? – se miraron las dos con una ceja alzada, media sonrisa, y cara de adulto al que le cuentan sobre el país de nunca jamás.
-How’re you doing girl? – le pregunto el susodicho Allan a nuestra queridísima Alice.
Y comenzaron a hablar sobre cosas que Mery no sabía y Aye no estaba segura de querer escuchar. En resumen…
-Wanna go grab something to eat? – le preguntó Allan al final.
-Sure! – contestó Alice con cara de un pokémon híbrido. Porque no era la cara de pokémon que ponía Aye cada vez que veía a Joe. Pero casi… – Girls… - Alice las miró y las otras dos no sabían dónde meterse.
-No… - comenzó Mery.
-… tenemos que… - dijo Aye señalando el interior de la panadería.
-… the bread… - agregó Mery negando con la cabeza.
-… someone has to get the bread to… - dijo Aye.
-… to Regs…? – dijo Mery al final buscando en Aye alguna respuesta que jamás encontraría.
-Okay – dijo Alice al fin, y como si Allan fuera el conejo blanco con chaleco y reloj, le corrió atrás con cara de pelotuda.
Así que las muchachas comenzaron a deliberar sobre el interesante Allan. En el medio como que compraron el pan, pero casi automáticamente; la vendedora les puso cara de Willie Guonca cuando tenía un flashback, pero logró entenderlas bastante, así que: que no llore. Entonces así venían, concentradas en su conversación sin sentido.
-Seguro es un amigo de la escuela… - dijo Aye totalmente convencida.
-Sí, Aye. Son amigos – le contestó Mery cagándosele de risa en la cara.
-¡Puede ser! –
-¿No le viste la cara de naba a Alice? – le dijo Mery sin dejar de reírse.
-Qué… ¿no crees en la amistad entre el hombre y la mujer? – se defendió Aye.
-No creo en la amistad entre Alice y un hombre – la corrigió Mery.
-Tenés un punto… - concordó Aye, mirando al sudeste.
Y hablaban y hablaban, y hablaban. Tan compenetradas en su conversación que nunca los vieron venir. Es más, una vez que chocaron tampoco los vieron. Estaban como re ciegas. Todo lo que vieron fue aquel cubito de colores volando por los aires hasta que cayó fuertemente en el suelo, estallando como una piñata en carnaval mexicano.
-Ups… - dijeron las dos volteando para enfrentar a quienes habían chocado.
-My… Rubik’s Cube… - se le llenaron los ojos de lágrimas.
-WECKETT!!! – gritó Aye con fervor (léase: como una loca de mierda) señalándolo al pobre muchacho que estaba llorando por la muerte de su cubo Rubik.
-¡No señales! – la cagó a pedos Mery bajándole el brazo con el cual señalaba.
El pibe que estaba al lado de “Weckett” se rió en sus caras. Mal.
El lloroncito fue a buscar su cubo Rubik (lo que quedó de su cubo Rubik) y volvió a pararse junto a su compañero.
-It’s gone – dijo sobándose los mocos con la manga de la campera que tenía puesta.
-And we’re very sorry for it – le dijo el otro posando una mano sobre el hombro del corazón roto y reprimiendo una carcajada.
-¡Boluda, es Weckett! – le dijo Aye a Mery.
-¡Ya sé! – contestó Mery emocionada – BTW: le acabamos de romper su cubo Rubik… - dijo ya algo más triste.
(¡Mentira!)
-Ay, debe tener como… diez – le contestó Aye.
-¿No serán muchos? –
-Who’s “Weckett”? – preguntó… ¿Weckett?
-Seriously? – le preguntó el otro.
-Es Siska, Narry, Sis-ka – me dijo Aye haciéndose la loca.
-What? – le preguntó Weckett a Siska.
¿Feliz?
-Un poco –
-You are Weckett… - le contestó Siska a Weckett mirándolo como si fuese un nene de ocho años.
-How so? – preguntó el aludido frunciendo el ceño. Devanándose los sesos para entender qué mierda era lo que quería decir su amigo, mientras se metía los restos del cubito en el bolsillo de la campera.
-William, plus, Beckett, equals: Weckett (William+Beckett=Weckett) – intentó explicarle Siska haciendo toda clase de gestos para que William le entienda.
-I’m not following you, Adam – contestó Will.
A todo esto, Aye y Mery los estaban mirando como si fuesen irreales. Como si de repente estás caminando por la calle y te encontrás a Luismi. Sabés que es él, pero simplemente no podés creerlo. Te podés encontrar a Disney si querés, también…
-Okay – se preparó Siska – William starts with a “w”, right? –
-Right. –
-So, they’ve replaced the “b” from “beckett” for the “w” from “william” and they got… - y le dejó el espacio para que complete, qué divino.
-… Weckett… - reflexionó William – Clever… – exclamó luego.
-Pretty much - *rosas*, *rosas* para Aye. – Un poquito nomás… -
Los cuatro se quedaron callados, sin mirarse. Silencio incómodo, de situación famoso/fan. Tremendo. Priceless.
Ah, y así como entre paréntesis, Aye le estaba echando el ojo a la bolsa de pan.
-¡Es la hora de la comida, che! – bocona…
-So… - dijo Siska luego de un rato.
-You’re an amazing bass player – le dijo Mery. Babosa.
-I love you – agregó Aye. Siempre. Desubicadísima.
Sonó el teléfono de William Beckett.
-Hello? – atendió – Hey Pete! Yeah, we’re on our way… -
Se escucharon las risas de Aye y Mery de fondo (y por “de fondo”, por favor, entiendan: “extremadamente fuerte e insoportables”); al parecer Siska estaba haciendo una muy buena imitación de William al teléfono.
-Who are you with? – preguntó la voz de Pete Wentz al otro lado del teléfono.
-Some fans we bumped into… - contestó William, evadiendo la pregunta.
¬-Don’t try to trick me Beckett. I know those laughs. You have my girls there! – le gritó Pete.
-Your girls…? – William ya estaba como si hubiese estado viendo ese dibujito japonés que provoca convulsiones.
-One is a short brown haired, mean girl. And the other one: smiles a lot, is probably wearing a hat, and she looks like twelve – anunció Pete.
-Pretty much, yeah… - contestó William sin saber qué más decir.
-I need them! Bring ‘em in! – le ordenó a William, y luego le cortó el teléfono.
-Okay… - dijo William mirando el teléfono que ya no lo conectaba con Pete Wentz.
-Kids you- pero nunca lo dejaron terminar porque Mery gritó.
-¡Nos va a hacer pagar el cubo mágico!
-¡Corré! – le correspondió Aye.
Y así comenzaron a correr como dos maniáticas del culo, sin rumbo. Bah, sí, estaban como yendo a lo de Brendon, pero tenían tres cuadras para correr nomás. A todo esto, William y Siska las estaban corriendo. Más Siska que William, pero funcionaban como un equipo.
-Che, corrimos como dos cuadras ya. No doy más – se quejó Mery.
-Tengo hambre-
-¡No toques el pan! – le dijo Mery sacándole la bolsa de pan de las manos.
-Pero-
-Al cabo que Beckett y Adam son re paralíticas seguro… -
-Sobre todo Weckett –
Estaban delirando (feo) de nuevo, mientras caminaban, volviendo a lo de Brendon. Agitadas de por sí, y encima con hambre (al menos Aye). Cuando de la nada… ¡Sácate! Les apareció un Siska que las tackleó y las sostuvo contra el suelo para que no escaparan. -You may be faster than us… But who’s not faster than William, right? –
Los tres se rieron del comentario de Siska.
-Stop laughing out of me! – se quejó William – Pete Wentz called and he wants you to go to the studio with us – dijo casi sin aliento, apoyándose contra la pared.
-Ah… so it’s about that… - dijo Mery haciéndose la boluda, que le sale bastante bien.
Y hablando de hacerse la boluda, Aye se estaba comiendo el pan.
-¿Qué? – preguntó Mery.
Pero era demasiado tarde, entre ella y Siska ya se habían bajado toda la bolsa (ignoro en qué momento Siska tuvo las agallas de meter mano en la comida que estaba comiendo una Aye. Pero al parecer, como es famoso el chico…). Para cuando Mery tuvo posesión de la pequeña bolsa de pan, se dio cuenta que no era más que medio pan.
-Regan nos mata – le dijo a la bolsa.
-People! We have to go to Decaydance Studios… - dijo Beckett en cuanto recobró el aliento.
-Bite me! – gritó Aye.
-Yeah, he’s gonna make us write an album – se quejó Mery – and we only have like four songs done – agregó.
Vagas de mierda…
William iba a decir algo, pero no lo hizo porque se sobresaltó cuando su teléfono celular comenzó a sonar… con una canción de Cindy Louper. Awkward!
-Pete! – le gritó al teléfono en medio de un ataque de pánico.
-Where-are-you?! – le gritó Pete a su vez – the girls still with you? –
-Yes… we are… somewhere… I… - dudó William buscando el nombre de una calle que jamás iba a encontrar. – I’m kinda lost. – admitió después.
-We are twenty feet away from Brendon’s place – se rindió Mery ante la idea de enfrentarse a Pete Wentz: su peor pesadilla.
Y de todos, supongo.
Así como de la nada, se estacionó un auto, donde estaban ellos. Y de allí bajó (chan, chan, chan): Pete Wentz.
-I was ‘round the block – anunció mientras salía triunfalmente del auto.
-Sure you were – dijeron Aye y Mery a la vez en, lo que ellas creyeron, era voz baja.
Y así sin más, sin saludar, sin siquiera un “hi”, Pete Wentz se acercó a la puerta del humilde hogar de Brendon Urie y tocó timbre.
Para su sorpresa, atendió Brendon.
-Pete! – exclamó, quizá demasiado contento.
-What? you don’t answer your phone anymore… – se quejó Pete mientras se mandaba adentro.
-Where were you?! – les gritó a Aye y Mery, que no se dieron por aludidas.
Mery todavía estaba pensando qué iba a inventar para que Regan le creyera que Aye no se había comido el pan. Antes de cruzar la puerta se convenció de que no iba a pasar nunca.
Una vez que todos entraron a la casa, Aye se dio vuelta y:
-Yo tenía un Weckett y un Siska – dijo, mirando fijo a la puerta.
-Brendon! – lo retó Mery mientras intentaba esconder la bolsa del inexistente pan de Regan.
Brendon alzó las cejas con cara de “yo no fui”, abrió la puerta, se hizo el que miraba y cuando la fue a cerrar de vuelta para decir: “no hay nadie”, algo se la trabó. Era el piecito de Adam Sisky.
(¿Hice mi tarea o qué?)
-You’re not doing that again – le advirtió la voz de Siska.
Y como al parecer Brendon siempre le tuvo miedo (las cosas que se viene a enterar uno en una segunda temporada), se corrió de la puerta y dejó pasar a los Chicaganienses a su hogar.
(FYI: ya sé que no son de Chicago. Pero, al revés del mundo: decir que sos de Chicago, en vez de una de esos pueblitos circundantes, es como decir que sos de Buenos Aires en vez de Capital Federal). Creo que quedó claro, ¿no?
-Mmm…. Nop – me dijeron las perversas.
En una milésima de segundo James apareció en escena y abrazó a Mery como si hubiese estado desaparecida por cuatro meses, y Regan aprovechó el momento y…
-HALF A BREAD! – gritó cuando se enteró que… medio pan era todo lo que tenía.
-Aye ate it! – gritó Mery todavía apresada por el ataque de James. Pensé que eras más noble. – Solía serlo… - desilusinante.
-Siska did too! – y vamos de mal en peor.
-Did not! – se defendió el otro.
-Adam… - lo llamó William, señalándose su boca para avisarle que tenía cachos de pan. Restos de la escena del crimen.
-No? So, please, can you tell me what’s that hanging from the corner of your mouth? – le dijo Regan con cara de superada – Wood chop, maybe? –
-I don’t know what you’re talking about… - dijo Siska limpiándose la boca en un flash.
Regan se puso a gritar –por no decir: entrar en un ataque de crisis nervioso- sobre cómo era posible que se hayan comido todo el pan, y encima tuvieran el tupé de dejarle medio, cuando Shane se apareció y se la llevó a la cocina modulando un “sorry” y dibujando una sonrisa en su rostro como: “no es mi culpa que esté desquiciada”.
-Contract – dijo Pete sentándose en un sillón.
Las chicas se miraron en busca de ayuda. James como que no estaba presente.
-HALF A BREAD! – volvió a gritar Regan asomándose por la puerta de la cocina.
Algo la metió de nuevo adentro y luego Shane salió susurrando:
-It won’t happen again – y se volvió a meter, también.
-Where’s Alice? – preguntó Brendon al rato.
Aye y Mery se miraron otra vez como: “no nos está pasando esto a nosotras”.
-¡Dios! ¡Concedeme una! –exclamó Mery a nadie – We were together… and then we killed William-
-What?! – la interrumpió Brendon gritando como una loquita.
-William’s Rubik’s Cube… - explicó Mery pensando (seguro) “¿qué mierda le pasa a este?” – and then… She was gone! Just like that – dijo sonriendo haciéndose la boluda (ya les dije que le salía bien) – James! – se quejó luego a su novio – get off…! – agregó fingiendo una sonrisa.
-Sorry… - contestó él – But this place’s scary… - agregó mirando para todos lados – And you can’t deny you love it when I hugh you –
-Maybe! – le dijo ella riéndose en serio.
-Where’s your guitar player? – preguntó Pete – And why does your sister hate me? I called her like thousands of times and she always told me she had better things to do… - Pete estaba como traumado con el asuntito con Agus.
-She hates you ‘cause you’re Pete Wentz and your role in CSI: NY was ridiculously stupid – le contestó Mery – And Joe’s handcuffed to the bath-top. Brendon Urie’s job. –
Pete lo miró a Brendon con cara de “flaco: crecé, tus nenas son grandes ya”.
-Oh, I’m on it, I’m on it, I’m on it…! – dijo Brendon quejándose, como si no fuera culpa solamente de él.
Mientras Brendon se alejaba hacia el baño, TODOS pudimos ver cómo se metía las manos en el pantalón para buscar las llaves.
-Gross! – gritaron Aye y Mery a la vez.
-My pants have an inner pocket, okay? – se defendió pobremente Brendon. Sucio.
-Sí, seguro… - contestaron las dos.
-They do! – gritó antes de meterse en el baño. – What… are… you… doing? – preguntó frunciendo el ceño y sacando la llave de… donde sea que haya estado.
Joe estaba sentadito al lado de la bañadera, esposado de la mano izquierda a una de las canillas. Había llenado la bañadera hasta el borde y estaba librando una batalla marítima entre patitos de hule, esponjas de baño, barquitos de papel, y buques tallados de jabón. Era creativo el chico, me dijeron. Justo en ese momento (cuando entró Brendon), uno de los buques de jabón estaba bajando un patito de hule… pirata. Eh… con parche y todo.
-I got bored! – se defendió Joe – Can you blame me?
-No… But… this? – dijo luego riéndose en su cara y acercándose a Joe para des-esposarlo.
-Where you kept the key? – le preguntó Joe.
-I’m not telling you – contestó en seguida Brendon.
-Then nobody has to know about the sea war… - quiso negociar Joe mientras vaciaba la bañadera.
-Fair enough – contest Brenny tendiéndole la mano.
-No offens but… - dijo Joey señalándole la mano a Brendon y alzando las cejas - you and I know where your hands just been, and my hands are just not comfortable with it… - terminó con media sonrisa, abriendo la puerta que llevaba del baño al living.
-Punk – susurró Brendon, con cara de “pendejo del orto”.
Todos sabemos que en el fondo a Brendon le encanta Joe.
-¡Porque Joe es genial! – gritó Aye.
Loca de mierda.
*Not knowing you'd change for just one bite...*
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